Proyecto de la Escuela de Ingeniería Bioquímica de la PUCV, investiga la forma en que este residuo actúa a nivel neuronal, con el objetivo de determinar sus posibles aportes para revertir los efectos de esta enfermedad. ![]() n nuevo paso hacia la generación de avances en el tratamiento del Alzheimer, está dando la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) a través de un proyecto Fondecyt Postdoctoral. El estudio “Rol clave de los fitoquímicos en el envejecimiento saludable: Explorando el potencial neuro protector de compuestos fenólicos en la enfermedad de Alzheimer, como potencial principio activo de nutracéuticos”, busca desarrollar, a partir de la borra de café, un ingrediente activo que permita revertir los efectos de esta grave enfermedad neurodegenerativa. De este modo, se brindaría una ayuda extremadamente valiosa para combatir una patología que hoy aqueja a más de 55 millones de personas en todo el mundo, y a más de 200 mil solo en Chile. El proyecto es liderado por la investigadora de la Escuela de Ingeniería Bioquímica, Alejandra Arancibia, quien forma parte de una línea de investigación mayor de la PUCV, cuyo objetivo es analizar el efecto del café en la prevención y tratamiento del Alzheimer. Alejandra Arancibia explicó que este proyecto, de tres años de duración, se enfoca en analizar lo que ocurre dentro de la célula, para entender cómo actúan los extractos obtenidos desde la borra de café, y así determinar su viabilidad para revertir el avance de la enfermedad. Consecuentemente se espera generar a corto plazo un ingrediente activo, que podría suministrarse como suplemento alimentario y, en el mediano plazo, producir un fármaco. “Pensarlo como ingrediente activo no nos limita al mundo farmacéutico, sino que, como es un proyecto interdisciplinario, tenemos la posibilidad de mirar el mundo alimentario, nutracéutico y farmacológico”, detalla Arancibia. “Considerarlo aditivo alimentario para incorporarlo, por ejemplo, en sopas o compotas, nos permite disminuir esas brechas de tiempo, dada las regulaciones existentes, pero siempre queremos apuntar a tener un fármaco en función de las luces que nos da la investigación”, agrega la investigadora. COLESTEROL Y ALZHEIMER Según recientes estudios, existe una correlación directa entre los índices altos de colesterol y la propensión a desarrollar la enfermedad de Alzheimer. De hecho, cuando el colesterol en una persona aumenta sustancialmente, el hígado comienza un proceso de oxidación con el fin de hacerlo más soluble en sangre y eliminarlo a través de la orina. Este colesterol oxidado –conocido como 27-Hidroxycolesterol– logra atravesar la barrera hematoencefálica, constituida por una capa de células y vasos sanguíneos que protegen el cerebro de sustancias dañinas, afectando a las neuronas. Al llegar el colesterol oxidado a las neuronas, éstas comienzan a producir péptidos neurotóxicos β-amiloides que son expulsados y se agrupan en los espacios interneuronales, formando placas seniles que afectan la capacidad de las células de hacer sinapsis, y son las responsables de la pérdida de memoria de corto y largo plazo, uno de los principales marcadores de Alzheimer. Tomando en cuenta estas consideraciones, el proyecto de Alejandra Arancibia incluye el cultivo de células neuronales provenientes de neuroblastomas humanos (SH-SY5Y), utilizados en el estudio de modelos para abordar la enfermedad, que crecen imitando el tejido de la corteza cerebral. Cuando se observa una cantidad suficiente, se les agrega el colesterol oxidado a modo de inducción de la patología. Luego de un tiempo, las neuronas empiezan a eliminar el péptido neurotóxico y, en ese momento, antes de la formación de la placa senil, se interviene con extracto de borra de café que fue tratado y purificado previamente. “Hicimos el ejercicio: tomamos el cultivo, comprobamos que está produciendo el péptido, agregamos el extracto de borra de café purificado y vimos que, comparado con el control, lográbamos hasta 60% de disminución”, explica la investigadora. “Qué hace exactamente el extracto, para lograr esa respuesta, es parte de este estudio. Pero pensar que una molécula que hoy se encuentra en un residuo que grandes industrias regalan para que se utilice como abono tiene este efecto, es un descubrimiento no menor que podría tener un impacto muy relevante para el tratamiento de una enfermedad, y que hoy se considera la pandemia de la tercera edad”, agrega. INVESTIGACIÓN TRANSDISCIPLINARIA Este proyecto fue adjudicado en el grupo ANID Inter-Transdisciplinario. Se pensó en este grupo apuntando a fortalecer las colaboraciones entre distintas líneas de investigación. Ello permitirá desarrollar alternativas y estrategias de impacto en biomedicina, que puedan ser extrapoladas como suplementos de interés para otras líneas celulares. Estas aplicaciones podrían mejorar diversos ámbitos biotecnológicos, incluyendo terapias celulares y el desarrollo de biofármacos. “Debemos acercar las aplicaciones de la ingeniería, biotecnología y biomedicina hacia el mundo médico, en búsqueda de nuevas fuentes para la obtención de compuestos que podamos emplear en farmacéutica”, destaca Arancibia. Esto permitirá obtener soluciones a enfermedades y patologías que se vienen dando también con el aumento de la esperanza de vida de la población, contribuyendo al desarrollo de nuevas y positivas estrategias para brindar una mejor salud integral a las personas. Y, en este caso, el café es el punto de partida para un camino que abre nuevas y auspiciosas perspectivas de éxito.
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