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En una ceremonia plena de emotividad y simbolismo, el Colegio de Ingenieros Alimentos de Chile, distinguió el trabajo que realizan los profesionales de este sector, para optimizar la producción de alimentos más seguros, inocuos, saludables y amigables con el planeta. unque su trabajo no tiene tanto glamour o visibilidad mediática, es innegable que los ingenieros en/de alimentos brindan un aporte valioso e imprescindible para el desarrollo ético, seguro y sostenible de la humanidad. Así quedó demostrado durante la entrega de los premios CIACh 2025, ceremonia que se realizó en el marco de la Expo Food & Service, y que contó con una amplia participación transversal de empresarios, profesionales, académicos y estudiantes de las diferentes universidades que hoy dictan esta carrera en nuestro país. La premiación, organizada por el Colegio de Ingenieros Alimentos de Chile, CIACh, busca reconocer y visibilizar los aportes que en forma permanente entregan los profesionales de este valioso ámbito del conocimiento, para optimizar la innovación y desarrollo de la industria alimentaria nacional. Esfuerzo muchas veces desconocido, pero que es irremplazable para asesorar el desarrollo evolutivo de grandes empresas y startups, así como también para orientar los esfuerzos que realizan tanto la academia, como otras entidades públicas y privadas, para potenciar el crecimiento equitativo y estratégico de todo el ecosistema agrifoodtech nacional e internacional. VOZ TÉCNICA Y APOYO PARA LA INDUSTRIA Esta tarea hoy se refleja en desatacados logros en todos los sectores, tales como, por ejemplo, innovaciones y desarrollos de alimentos y bebidas altamente disruptivos, optimización de procesos industriales, asesorías para impulsar el escalamiento nacional e internacional de emprendedores, instalación de cultura de inocuidad, lanzamiento de productos con propiedades funcionales, y acciones de vinculación con comunidades vulnerables o de pequeños productores en todo el país. Un extenso conjunto de esfuerzos que dan cuenta del valioso compromiso que tanto los ingenieros en alimentos chilenos, como la directiva que los agrupa a nivel gremial, tienen con el desarrollo de productos cada vez más saludables, inocuos, seguros, amigables con el medio ambiente y capaces de cuidar la salud de las personas y del planeta. Por ello, durante la ceremonia de premiación, el presidente electo de CIACh, Gabriel Vivanco, expresó que estos reconocimientos constituyen un hito trascendental dentro de la estrategia del gremio, para consolidar el crecimiento y desarrollo de esta profesión en Chile. “Queremos ser una institución que aporte cada vez más valor, que esté presente en los grandes debates de la industria y que acompañe la transformación del sector agroalimentario en chile, pensando sobre todo en las nuevas generaciones de profesionales que cursan o desean ingresar a la carrera, y que tienen la responsabilidad de impulsar la innovación, sostenibilidad e inocuidad en cada proceso”, destacó Vivanco. “Estamos convencidos -añadió-, que el futuro alimentario se construye en conjunto, y por eso estamos avanzado de lleno hacia un período donde CIACh será un aliado estratégico, un lugar de encuentro y una voz técnica que esté siempre junto a la industria, la academia y el ecosistema emprendedor, para construir un futuro alimentario más inocuo, seguro, sostenible e innovador”. APORTES TRASCENDENTES La selección de los participantes y la entrega de los respectivos galardones CIACh 2025, implicó un amplio proceso de estudio, revisión y selección de trabajos, a cargo de un jurado especializado. Este proceso se estructuró a partir de las siguientes categorías: Innovación tecnológica Distingue el diseño de nuevos productos o procesos productivos, o bien, la implementación de tecnologías disruptivas en procesos alimentarios ya conocidos. Inocuidad y calidad alimentaria Considera los distintos aportes brindados en materia de inocuidad, cumplimiento de normativas o implementación permanente de sistemas de gestión de calidad. Liderazgo y gestión industrial Reconoce la dirección de proyectos o equipos, con resultados destacados en la industria. Por ejemplo, crecimiento de empresas, optimización de procesos y desarrollo de nuevos liderazgos sectoriales, entre otras metas. Investigación y desarrollo Premia los aportes científicos logrados a partir del desarrollo de nuevos productos, la implementación de procesos innovadores o la publicación de trabajos de alto impacto, incluyendo papers indexados, proyectos I+D con empresas e iniciativas de transferencia tecnológica. Impacto social y desarrollo comunitario Esta categoría, que debutó en la presente versión de los premios CIACh, distingue a los profesionales que lleven a cabo tareas o acciones destinadas a mejorar el acceso a los alimentos, optimizar la nutrición o educación alimentaria en comunidades vulnerables, o a difundir en la comunidad actividades de impacto social o gremial. Los respectivos vencedores en cada categoría, fueron: Innovación tecnológica Primer lugar: María Teresa Comparini Segundo lugar: Paula Vera Tercer lugar: Juan Aguirre Liderazgo empresarial y gestión Primer lugar: Carolina Aravena Segundo lugar: Ximena López Tercer lugar: Zev Chernilo Inocuidad y Calidad Alimentaria Primer lugar: Alfredo Harosteguy Segundo lugar: Leila González Tercer lugar: Denis Romo Investigación y Desarrollo Primer lugar: César Burgos Segundo lugar: Cristina Vergara Tercer lugar: Romy Zúñiga Impacto social y desarrollo comunitario Primer lugar: Evelyn Moreno Castro Segundo lugar: Juan Pablo Vivanco Tercer lugar: Héctor Vargas FUTURO ALIMENTARIO SALUDABLE Y SOSTENIBLE Durante la jornada, CIACh organizó también el seminario técnico “Construyendo el Futuro Alimentario”, que contó con la participación de destacados especialistas del sector. En primer término, Ignacio Merino, director ejecutivo de HubTec Chile, abordó en profundidad las diversas oportunidades que el sector agroalimentario nacional ofrece para potenciar el desarrollo comercial, industrial y productivo de nuestro país, tanto a nivel interno como de exportación. “Los productores chilenos por sí solos, hoy alimentan a cerca de 200 millones de personas en todo el mundo -destacó Merino-, lo que abre valiosas oportunidades para desarrollar nuevos alimentos y productos capaces de conquistar nuevos mercados”. “Por ello -agregó-, debemos aprovechar tanto el potencial de desarrollo de los emprendedores, como las herramientas que hoy nos ofrece la biotecnología para avanzar hacia una nueva dimensión productiva bioeconómica circular”. A su vez, Laura Matiola, coordinadora de marketing de la empresa brasilera Master Sense, abordó los nuevos desarrollos alcanzados en materia de innovación alimentaria, destacando la importancia que hoy tiene desarrollar y comercializar productos más saludables, a partir de soluciones prácticas y que, al mismo tiempo, se traduzcan en nuevos conceptos de consumo. “Ofrecer preparaciones simples, agradables y nutritivas, que rescaten valores esenciales, y a la vez exploten nuevos nichos funcionales, como la disponibilidad de proteínas en conjunto con fibras, o el fortalecimiento de la salud cerebral, por ejemplo, será fundamental para mantener las preferencias de un público más exigente”, enfatizó Matiola. Por su parte, Gabriel Vivanco, gerente general de Focqus Consultores y nuevo presidente de CIACh, abordó el desafío de instaurar y consolidar una “auténtica cultura de inocuidad” en las empresas, “que vaya más allá del simple deseo de cumplir normativas o aprobar auditorías externas”. “La inocuidad es un valor esencial para la producción segura de alimentos destinados a una población que crece y envejece”, expuso Vivanco. “Por eso -agregó- las empresas deben entender, desde su dirección superior hasta los operarios de planta, que no se trata solo de cumplir la Ley o superar auditorías aceleradas para recibir certificaciones lo antes posible y replicando fórmulas de otras compañías”. Un desafío que, en su opinión, exige a todas las compañías derribar silos y transformar paradigmas, porque hoy “es fundamental que la inocuidad sea parte permanente de la cultura empresarial, y que tanto los gerentes como los trabajadores sean conscientes de que entregar alimentos inocuos a la población es un deber, una obligación de salud pública y un valor intransable, y no solo una herramienta de negocios”. GALERIA
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