Iniciativa contempla, entre otras acciones, el uso en predios de la zona central de nuevas tecnologías de monitoreo y control de riego, tales como sensores de humedad y microtensiómetros. ![]() l Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA La Cruz, presentó oficialmente el proyecto “Uso eficiente del agua en nuevas variedades y porta injertos de uva de mesa en la zona central de Chile”. Esta iniciativa es financiada por CORFO a través del Programa de Absorción Tecnológica para la Innovación (PATI). Durante la presentación, se reunieron investigadores, asesores, productores y autoridades, quienes destacaron la relevancia de este proyecto para la fruticultura regional, especialmente en ámbitos de eficiencia hídrica y sostenibilidad productiva. La jornada contempló dos presentaciones centrales. En primer término, el Dr. Carlos Zúñiga, Investigador/transferencista de INIA La Cruz, presentó una descripción general del proyecto, destacando sus objetivos, etapas y alcance. Posteriormente, el ingeniero agrónomo Jaime Otárola Investigador/transferencista de INIA Rayentué, abordó el “Uso de sensores para definir una estrategia de riego en uva de mesa”, explicando cómo estas herramientas optimizan el recurso hídrico en condiciones de alta variabilidad climática. ESCENARIO COMPLEJO Por diversas razones, hoy la zona central de Chile atraviesa una situación agrícola compleja. Entre estas causas destacan, por ejemplo: ● Disminución de la disponibilidad de agua. ● Incorporación acelerada de nuevas variedades y portainjertos de uva de mesa, cuya respuesta hídrica aún es poco conocida. ● Baja competitividad de predios medianos y pequeños. Más aún, según estimaciones de Fortalece Pyme Aconcagua Quillota, solo 12% de los productores utiliza tecnologías de riego eficiente. Esta realidad obedece principalmente a la falta de información local sobre su rentabilidad, productividad y manejo técnico. Ante este complejo escenario, el proyecto de INIA busca cerrar la brecha de conocimiento en el manejo hídrico de nuevas variedades y portainjertos de uva de mesa. Ello mediante la incorporación y evaluación de nuevas tecnologías de monitoreo y control de riego, tales como sensores de humedad y microtensiómetros. A esto se suma: uso de caudalímetros e imágenes multiespectrales, para generar evidencia local sobre su efectividad; y establecimiento de modelos replicables para la zona central. Según explican desde INIA, las etapas claves del proyecto son las siguientes: 1. Diagnóstico y vinculación: Identificación de problemas y necesidades de los 10 productores beneficiarios. 2. Capacitación inicial: Formación en uso eficiente del agua y tecnologías disponibles. 3. Absorción tecnológica: Instalación de 4 unidades demostrativas en predios de los beneficiarios, con sensores y estrategias de riego eficiente, comparadas con las prácticas habituales. 4. Monitoreo y evaluación: Medición de impactos fisiológicos en las plantas (conductancia estomática, potencial hídrico, peso de poda), evaluación de producción, calidad y condición de fruta. 5. Análisis y cierre: Elaboración de informes de buenas prácticas, reporte de absorción tecnológica y difusión de resultados para su proyección a otros productores. El impacto del proyecto apunta, asimismo a:
El valor estratégico de este proyecto, fortalece el compromiso de INIA de generar valor para la agricultura nacional a través de investigación, desarrollo y vinculación. Además, entrega un aporte valioso a la adaptación del sector al cambio climático, y a la sostenibilidad de la producción. La iniciativa considera una inversión total de $251.030.320, financiada por Corfo junto al aporte de los beneficiarios, y se desarrollará en un plazo de 24 meses.
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