Ajustes en componentes claves de los pulverizadores, permiten reducir hasta en 40% el uso de estos productos, mejorando la eficiencia de los cultivos de cítricos y reduciendo el impacto ambiental global del sector agroalimentario. ![]() n gran éxito ha alcanzado el proyecto implementado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), para optimizar el uso de agroquímicos en el campo chileno. Esta iniciativa se tradujo en importantes ajustes en la carga de productos aplicada a los cultivos, lo cual contribuye a optimizar costos y a reducir la contaminación y los riesgos de intoxicación. Al mismo tiempo, constituye un paso importante para cumplir el compromiso adquirido por Chile en 2010 por Chile, ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de reducir en 50% el uso de plaguicidas. El proyecto, conocido como “Plataforma interactiva para el desarrollo de mejoras en el control de plagas en cultivo de cítricos a través de la pulverización hidroneumática”, es apoyado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y Frutas de Chile a través de su Comité de Cítricos. Esta iniciativa, que contempla una inversión total de $173 millones, representa un avance importante en la búsqueda de nuevos conocimientos, además de estar alineada con los desafíos climáticos y ambientales actuales. Además, constituye un avance importante en la búsqueda de nuevos conocimientos, alineándose simultáneamente con los desafíos climáticos y ambientales actuales. BENEFICIOS TRASCENDENTALES El proyecto de INIA tiene como objetivo optimizar el uso de plaguicidas en los cultivos de cítricos, mejorando su eficacia en el control de plagas. Para ello incluye el desarrollo de una plataforma digital, que será alojada en el sitio "MIP Citrus" del Comité de Cítricos de Chile. Esta herramienta permitirá ajustar los parámetros operativos de los pulverizadores, considerando factores como volumen de vegetación, condiciones atmosféricas y calidad del agua, entre otros. Dicha tecnología permitirá ingresar y obtener respuestas sobre variables clave tales como: • Especie vegetal y dosis de mezcla por cada 1.000 m³ de vegetación. • Dimensiones del cultivo y volumen de aplicación. • Características del cultivo (densidad foliar, dimensiones de las plantas y tipo de plaga). • Ajustes técnicos necesarios (número de boquillas, presión de trabajo y velocidad de avance). También incorporará recomendaciones basadas en las condiciones atmosféricas y características del agua (dureza, salinidad y pH), factores críticos que afectan la eficacia de control de plagas y enfermedades desde la región de O’Higgins hacia el norte del país. Este enfoque se inspira en el éxito de la plataforma DosaCitric y CitrusVol, desarrolladas en España por la Universidad Politécnica de Valencia y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), respectivamente. Ambas, durante más de una década, han demostrado ser eficaces para reducir el uso de plaguicidas, aumentar la eficacia en el control de plagas y disminuir los costos y riesgos asociados al mal uso de estos productos. Los beneficiarios de esta iniciativa son productores y socios del Comité de Cítricos de Chile, que abarcan principalmente desde la región de Coquimbo hasta la región de O’Higgins. El programa también está diseñado para beneficiar a asesores, técnicos y agricultores no asociados al Comité, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles y eficientes en todo el sector cítrico. Para ello, el proyecto contempla jornadas de capacitación, ensayos en campo y la creación de manuales de regulación e inspección de pulverizadores. DEMOSTRACIÓN EXITOSA Como parte de las actividades de difusión del proyecto, cinco fabricantes de equipos de pulverización agrícola con tecnologías avanzadas se reunieron en el huerto de cítricos de la empresa SFC Comercial, dedicada a la exportación de frutas, para hacer una demostración práctica. La actividad, liderada por Patricio Abarca, investigador del INIA y Emilio Gil, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña, experto en inspección y regulación de pulverizadores agrícolas, mostró cómo se puede reducir hasta en 40% el uso de plaguicidas, mediante el ajuste de parámetros claves, como boquillas, presión y velocidad. Todo ello, sin comprometer la eficacia y eficiencia del proceso de aplicación, en cultivos hoy abarcan aproximadamente 24 mil hectáreas y representan el 85% de las exportaciones nacionales. Durante la jornada, se utilizaron papeles hidrosensibles para evaluar el cubrimiento y la calidad de la pulverización en los árboles, demostrando que ajustes simples pueden mejorar la cobertura y minimizar el impacto ambiental. “Menos deriva, menos contaminación y menos costos para el agricultor”, destacó Emilio Gil, quien también subrayó la importancia de la formación técnica para maximizar el potencial de las máquinas. El catedrático catalán también enfatizó la necesidad de implementar en Chile normativas similares a las europeas para regular y optimizar el uso de fitosanitarios, al tiempo que destacó el desafío del relevo generacional en la agricultura. “Necesitamos que los jóvenes vean este sector como un campo de innovación, con tecnología de punta y oportunidades reales”, aseguró.
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