INDUALIMENTOS
  • Home
  • NOTICIAS
  • REPORTAJES
  • PROTAGONISTAS
  • TecFood
  • EDICIONES DIGITALES
  • EMAILING
  • Contacto
Foto
Foto

Reunión del Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas se realiza por primera vez en Chile

10/10/2025

0 Comentarios

 
Reunión 56 CCPR Chile 2025
Bajada 56 reunión CCPR Chile 2025
Letra P
ositivas conclusiones entregó la reunión número 56 del Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas (CCPR), que por primera vez en la historia se realizó en nuestro país.
 
El encuentro congregó a más de 200 delegados de todo el mundo, quienes se reunieron en el Hotel Intercontinental de Santiago, para analizar las diferentes estrategias necesarias para hacer más seguro e inocuo el uso de plaguicidas.
 
Al respecto, el presidente del CCPR, Weili Shan, expresó su gran satisfacción por poder coorganizar esta instancia en Chile, manifestando que “nuestros dos países están separados por océanos y montañas; sin embargo, nos unimos porque estamos comprometidos con la seguridad alimentaria mundial”.
 
La reunión fue inaugurada oficialmente por la ministra de Agricultura de Chile, Ignacia Fernández, y el agrónomo jefe del Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China, Pan Wenbo.

Aunque los países están geográficamente muy separados, ambos ministros hablaron de unidad y cooperación por una causa común. Fernández detalló el profundo compromiso de Chile con la labor del Codex y su liderazgo, en particular en la labor del CCPR sobre sustancias de baja preocupación para la salud pública, mientras que Pan subrayó el objetivo de China de “controlar los residuos de plaguicidas y la calidad y seguridad de los productos agrícolas... eliminando los plaguicidas de alta toxicidad y altos residuos”.
 
Fernández también subrayó la importancia estratégica del trabajo realizado por el CCPR, enfatizando que la cooperación científica y el diálogo internacional “son fundamentales para encontrar soluciones que equilibren la salud humana, la productividad, la sostenibilidad y el comercio, en beneficio de los consumidores, los productores y las comunidades rurales.
 
Pan, a su vez, refrendo este punto de vista, enfatizando que “la seguridad de los productos agrícolas y los alimentos no solo repercute en la salud y la seguridad públicas, sino que también tiene profundas implicaciones en el panorama económico mundial y la estabilidad social”.
 
“Los países y las regiones pueden variar en cuanto a su nivel de desarrollo económico, producción y seguridad alimentaria, pero comparten los mismos objetivos: mejorar la seguridad alimentaria y proteger la salud de los consumidores. Los países también sienten la necesidad de profundizar en la cooperación multilateral: el comercio justo de productos agrícolas y alimentos requiere que todos refuercen la cooperación con otros países”, agregó el directivo.
 
Por su parte, el presidente de la Comisión del Codex Alimentarius, Allan Azegele, abordó en su discurso inaugural las profundas y amplias repercusiones de la labor del CCPR.
 
“El Comité del Codex sobre Residuos de Plaguicidas ha sido durante mucho tiempo uno de los pilares del sistema del Codex, y las decisiones que se toman en esta sala tienen un alcance que va mucho más allá de nuestras deliberaciones, ya que llegan a los agricultores en sus campos, a los reguladores en sus oficinas, a los comerciantes en los mercados mundiales y, en última instancia, a los consumidores en sus mesas”.
 
Azegele también reconoció y expresó su respeto por «la enorme complejidad» de la labor del CCPR.
 
La secretaria del Codex Alimentarius, Sarah Cahill, también se refirió a la importancia de la labor de este Comité, señalando que “los residuos de plaguicidas encabezan sistemáticamente la lista de preocupaciones comerciales específicas relacionadas con la seguridad alimentaria planteadas en el Comité MSF de la OMC”.
 
En su opinión “esto subraya la importancia de su labor y la necesidad de seguir esforzándose por elaborar, adoptar y aplicar los límites máximos de residuos (LMR) del Codex», declaró en la reunión. También comentó la importancia y el impacto de la coorganización de comités, que «mejora la accesibilidad y contribuye a una mayor participación en las reuniones del Codex en todas las regiones”.
 
En nombre de la FAO, Maya Takagaki continuó con el llamamiento al diálogo. «Quiero animarles a todos a que aprovechen este importante espacio para fomentar el diálogo y la cooperación con el fin de seguir reforzando la coordinación entre las autoridades fitosanitarias y de seguridad alimentaria de cada uno de nuestros países miembros», afirmó. Giovanni Escalante, representante de la OMS en Chile, también pidió una participación aún más amplia en las reuniones del Comité, incluida «la participación activa de los consumidores y la sociedad civil en los procesos de toma de decisiones y de adopción de sistemas. Este Comité tiene una responsabilidad técnica, pero también ética, porque detrás de cada LMR, de cada norma técnica, hay millones de vidas que dependen del rigor, la coherencia y la voluntad política de nuestro trabajo».

CONCLUSIONES RELEVANTES

Durante las sesiones realizadas entre el 8 y 13 de septiembre, el CCPR abordó diversas temáticas de alto impacto, como los LMR para los plaguicidas en los alimentos y piensos, para la leche y la grasa láctea y para el quimbombó.
 
También se estudiaron las directrices para supervisar la estabilidad y pureza de los materiales de referencia y las soluciones madre correspondientes de los plaguicidas durante el almacenamiento prolongado.
 
Los delegados debatieron, así mismo, la gestión de los compuestos no respaldados que no plantean problemas de salud pública y la coordinación del trabajo entre el CCPR y el Comité del Codex sobre Residuos de Medicamentos Veterinarios en los Alimentos.
 
Al término de las sesiones, los delegados se manifestaron conformes con el trabajo realizado durante toda la reunión.
 
El presidente del Comité, el Dr. Weili Shan, expresó su gratitud a los delegados y a Chile por coorganizar la reunión. Además, elogió la dedicación de los presidentes de los grupos de trabajo especiales por “facilitar los debates y preparar rápidamente los documentos de trabajo”, lo que a su juicio, supuso una “contribución significativa a la reunión”.
 
A su vez, el copresidente de la reunión, Eduardo Aylwin, agradeció a China y a los delegados la confianza y el apoyo que le brindaron para ejercer este importante cargo. “Ha sido un honor para mi país, para la ACHIPIA y, por supuesto, para mí”, manifestó.
 
Sarah Cahill, secretaria del Codex, se hizo eco de las diferentes palabras de agradecimiento expresadas por los presidentes de la mesa, alabando “la naturaleza intensa y colaborativa y la increíble energía dedicada a impulsar nuestro trabajo por parte de todos los participantes en la sesión plenaria y entre bastidores”.
 
Tras las intensas reuniones de trabajo realizadas en Santiago, el Comité enviará los respectivas conclusiones LMR a la Comisión del Codex Alimentarius (CAC) para su adopción, junto con las enmiendas al Manual de Procedimiento del Codex pertinentes para la labor del CCPR.
 
Además, se analizaron nuevas directrices para el control de la pureza y la estabilidad de los materiales de referencia y las soluciones madre relacionadas de plaguicidas durante el almacenamiento prolongado, iniciado en 2021, que también se han presentado a la CAC para su adopción en el trámite 8.
 
Este documento representa un paso crucial hacia el desarrollo de una orientación armonizada y exhaustiva que permita a los laboratorios controlar la estabilidad y la pureza de los materiales de referencia de plaguicidas y sus soluciones madre durante un almacenamiento prolongado.
 
Estas Directrices tienen por objeto orientar a los laboratorios en el control de la estabilidad y la pureza de los materiales de referencia para su posible uso más allá de sus fechas de caducidad, y para el uso continuado de soluciones madre que conservan su estabilidad y pureza.
 
Para Víctor Rivera, coordinador de Asuntos Internacionales y Regulatorios de ACHIPIA, estos resultados “ponen de relieve, una vez más, el compromiso inquebrantable del Codex, sus miembros y observadores, de utilizar las pruebas científicas y la colaboración internacional para alcanzar el mismo objetivo: proteger la salud de los consumidores y facilitar prácticas justas en el comercio de alimentos”.
 
De cara al futuro, el CCPR reiteró la importancia de mejorar la coordinación entre el CCPR y la JMPR, e identificó algunas medidas que deben adoptarse para mejorar la eficiencia en el establecimiento de LMR, basados en datos científicos para los plaguicidas.
 
Durante la ceremonia de clausura, la mesa directiva del comité también brindó un reconocimiento al Dr. Warren Hughes, de Nueva Zelanda, por sus más de 30 años de dedicado servicio y contribución al trabajo del comité.

0 Comentarios

Escuela de alimentos de la PUCV celebra su aniversario 70

10/10/2025

0 Comentarios

 
Aniversario 70 escuela alimentos PUCV
Bajada aniversario escuela alimentos PUCV
Por Francisco Javier González Salvo
Periodista y Editor Indualimentos
Letra L
a alimentación nutritiva, balanceada, inocua y segura es, sin lugar a dudas, uno de los pilares esenciales de toda estrategia destinada a fortalecer la salud integral y calidad de vida de la población.  
 
Sin embargo, para alcanzar dicho objetivo, es esencial que los protagonistas estratégicos del sector, como industrias, agricultores, emprendedores, cadenas de retail, distribuidores logísticos, establecimientos horeca y transportistas, entre muchos otros, cuenten con respaldo técnico especializado.
 
Dicho apoyo proviene, necesariamente, de profesionales formados y capacitados para reconocer, recopilar y analizar críticamente, las distintas variables que intervienen en la producción inocua, segura, eficiente y sostenible de alimentos y bebidas.

Solo de este modo es posible asegurar que las personas tengan acceso seguro y equitativo a productos elaborados a partir de los nutrientes que necesitan para potenciar su salud, y aspirar a una buena calidad de vida.
 
Estos profesionales son los ingenieros en alimentos, que a pesar de no tener la visibilidad mediática de otras áreas del conocimiento, brindan un aporte trascendental en términos de garantizar la inocuidad, seguridad y valor nutricional de la producción agroalimentaria.

INSTITUCIÓN DECANA Y PIONERA

Para que este aporte sea cada vez más valioso, se requiere de entidades educacionales capaces de ofrecer programas de formación, desarrollo y perfeccionamiento constante, que preparen a los ingenieros para enfrentarse de manera flexible y adaptativa, a los constantes desafíos de un mercado en permanente transformación tecnológica, digital y, por sobre todo, cultural.
 
Una de las entidades educacionales que precisamente contribuye a lograr exitosamente estos objetivos estratégicos, es la Escuela de Alimentos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, que esta semana celebró 70 años de historia y tradición formativa.

Aniversario que no solo confirma la inmensa contribución que esta casa de estudios superiores ha entregado, desde 1955, al desarrollo eficiente y la mejora continua de la industria alimentaria nacional, sino que también refleja el esfuerzo permanente de su cuerpo directivo y docente, por realizar actividades de investigación, desarrollo, innovación, perfeccionamiento y vinculación con el medio, que contribuyan a su mejora continua.

Doctor Andrés Córdova
Doctor Andrés Córdova, director de la Escuela de Alimentos de la PUCV, expone durante la ceremonia de conmemoración del aniversario número 70 del histórico plantel porteño.
De hecho, durante la ceremonia conmemorativa realizada en la sede de la escuela, ubicada en Playa Ancha, el secretario general de la Universidad, José Marín, quien asistió en representación del rector Nelson Vásquez, destacó el aporte realizado por profesores, funcionarios y estudiantes a lo largo de estos 70 años de trayectoria, enfatizando que son “varias generaciones de esfuerzo y dedicadas a un quehacer que se ha realizado con alto sentido de vocación y permanente responsabilidad, y que también se proyecta al futuro”.

Futuro que precisamente encuentra a la Escuela en medio de un intenso proceso de modernización de infraestructura y currículum; el cual, de acuerdo con lo expresado por sus autoridades académicas, permitirá enfrentar en mejor forma los desafíos de un contexto dinámico y cada vez más desafiante, debido a los cambios experimentados tanto en las tendencias de consumo de la población, como en los propios procesos productivos.

Desafío complejo, pero que al mismo tiempo representa una valiosa oportunidad de crecimiento, tal como lo reconoce el director de la escuela, Doctor Andrés Córdova, quien destaca como principal hito de esta nueva etapa la construcción de las nuevas instalaciones en el Campus Curauma.

“Trasladarnos a Curauma nos permitirá continuar de mejor forma el trabajo que realizamos en todas las áreas de formación de pre y pos grado, y también favorecerá nuestra comunicación directa con las otras facultades que están en el campus”, enfatiza el directivo.

“Desde esa perspectiva -agrega-, también nos abre más oportunidades para ofrecer a la universidad y a la comunidad en general, todo lo que podemos entregar desde nuestro quehacer de formación, investigación y desarrollo”.

Visión que también comparte la secretaria académica de la Escuela de Alimentos, Lorena González, quien recordó con orgullo la contribución de la carrera a la formación de profesionales en el país.
 
“Estamos muy contentos con los 70 años que estamos cumpliendo, porque desde 1955 que nuestra carrera está formando ingenieros que se desempeñan exitosamente en las empresas de alimentos, en organizaciones vinculadas a la industria y al rubro”, afirma.

“Por eso -agrega-, tenemos la esperanza y la certeza de que seguiremos construyendo futuro y aportando al desarrollo alimentario de Chile y el mundo”.

FORMACIÓN DE EXCELENCIA

A lo largo de su 70 años de historia, la Escuela de Alimentos de la PUCV no solo se ha posicionado como entidad decana de la Ingeniería de Alimentos en Chile, sino también como referente de prestigio para América Latina, en la formación de profesionales capacitados para afrontar los desafíos del sector.
 
Esto permite que el Ingeniero de Alimentos de la PUCV domine conocimientos actualizados de ciencias básicas, ciencias de la ingeniería, ingeniería aplicada y gestión, lo que se traduce en mayor capacidad para administrar, diseñar, y/o mejorar procesos de producción industrial de alimentos, garantizando, al mismo tiempo, su calidad, inocuidad y sostenibilidad ambiental.
Cita Doctor Andrés Córdova
“Nuestros profesionales se destacan por sus excelentes habilidades interpersonales en el trabajo, desplegando en su actuar, los valores éticos de respeto y búsqueda del bien común que transmite nuestra universidad. Ello les permite ser un aporte valioso en cualquier organización relacionada al ámbito de los alimentos”, enfatiza el Dr. Andrés Córdova.

“Gracias a esta trayectoria -enfatiza- hoy nos hemos posicionado como referentes nacionales e internacionales en formación de profesionales, en investigación y en la vinculación con el medio social en general y agroalimentario en particular”.

“Por ello, estamos orgullosos de que, desde 1955 a la fecha, nuestra escuela ha formado a miles de profesionales que se han insertado con éxito en el sector agroalimentario, nacional e internacional, liderando procesos de producción, innovación y aseguramiento de calidad, aportando excelencia académica y sello valórico, y realizando una contribución decisiva para el desarrollo del país.  Por lo tanto, formar ingenieros e ingenieras de alimentos ha sido y seguirá siendo, para nosotros, un factor primordial para el desarrollo estratégico para Chile”, puntualiza Córdova.

INNOVACIÓN MULTIDISCIPLINARIA

El valioso aporte educativo que hoy brinda la escuela de alimentos de la PUCV no termina en la titulación de sus estudiantes.
 
De hecho, la institución hoy también es un referente internacional de formación continua, gracias a la implementación de programas que han marcado hitos fuera de nuestras fronteras, como por ejemplo, el diplomado en micro cervecería, que cuenta con más de 12 años de trayectoria y del cual han egresado 250 profesionales, cuyas competencias son reconocidas en diversas latitudes del continente.
Diplomado en microcervería alimentos PUCV
El diplomado en microcervecería se dicta desde hace 12 años brindando formación altamente especializada a más de 250 egresados de Chile y el extranjero. Foto: FreePik.
Este diplomado está dirigido a profesionales y emprendedores relacionados con la producción y/o comercialización de cerveza artesanal en Chile y en el extranjero, y que deseen ampliar sus conocimientos y competencias en aspectos clave, tales como producción, calidad, marketing y valorización de oportunidades de negocio.

Para ello, entrega diversas herramientas científicas y tecnológicas relacionadas con la producción y comercialización de cerveza, que permitan al estudiante identificar y desarrollar proyectos de innovación; crear modelos de negocios; introducir mejoras en los procesos productivos; e impulsar una auténtica cultura de calidad para el desarrollo de productos y servicios en el competitivo mercado cervecero.


Otro programa destacado es el International Diploma in Craft Distiling (Diploma Internacional en Destilación, que consta de una serie de cursos diseñados para proporcionar al alumno los conocimientos necesarios sobre la ciencia y tecnología detrás de la destilación.
 
Sus temas principales incluyen historia, técnicas y tecnología de varios tipos de bebidas espirituosas destiladas para consumo humano de todo el mundo (como whisky, brandy, ron, vodka, coñac, pisco y ginebra, entre otras).

También cubre áreas como química aplicada, física, microbiología y conocimientos de ingeniería necesarios para operar diferentes tipo de alambiques de etanol.

Aborda, así mismo, algunos de los diversos aspectos legales relacionados con la producción de alcohol y, además, incluye una práctica de destilación de whisky o pisco, así como visitas a destilerías en funcionamiento.

Otro programa de alto valor educacional es el diplomado en Ingeniería de Alimentos, cien por ciento online y que fue pionero en esta modalidad.

Esta iniciativa cuenta con 20 años de vigencia, y ha permitido actualizar los conocimientos de cientos de profesionales en áreas críticas de la producción de alimentos.
 
A ellos se suma el doctorado en ciencias agroalimentarias, programa en el que convergen de forma armónica los saberes de las ciencias agrarias y de la ingeniería de alimentos, y que se realiza con la participación equitativa de profesionales de la escuela de Agronomía.
 
Y como la mejora continua también requiere el perfeccionamiento de las estrategias, herramientas y metodologías destinadas a la enseñanza, la escuela también espera poner en marcha, en el corto plazo, nuevos programas de formación continua relacionados con las necesidades actuales del sector agroalimentario, en especial la adopción de tecnologías disruptivas y la obligación de implementar sistemas de producción regenerativos, sostenibles y amigables con el medio ambiente.

“Todo esto -explica el profesor Andrés Córdova, se ha logrado gracias a la visión estratégica de nuestra facultad, que se traduce en un trabajo mancomunado que en pocos años ha demostrado ser una excelente herramienta para construir un espacio de excelencia y colaboración. Y a pesar de que se trata de un programa relativamente joven, ya se encuentra acreditado por 5 años, y se ha logrado articular con diversas áreas de investigación de frontera como bioingeniería, sostenibilidad, investigación y calidad de la producción agroalimentaria”.
 
Al respecto, el directivo destacó también que en la actualidad la escuela de alimentos de la PUCV desarrolla proyectos financiados por FONDEF, fondos internos de la universidad y aportes privados, para llevar adelante importantes iniciativas en temáticas tales como biorrefinería de materiales agroalimentarios, con énfasis en la valorización de residuos agroindustriales para generar nuevos ingredientes y compuestos de nueva generación que permitan, por ejemplo:


  • Formular alimentos especiales para adultos mayores.
  • Generar prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
  • Producir combustibles verdes.
  • Crear nuevos pigmentos naturales que puedan ser usados tanto en aplicaciones alimentarias como cosméticas.
 
Algunas de estas tecnologías emergentes de procesamiento se traducen, por ejemplo, en la producción de nuevos alimentos saludables y con propiedades funcionales, incluyendo proteínas hidrolizadas; así como en el desarrollo de nuevos productos fermentados que entregan bienestar y valor al patrimonio cultural de Chile.

Uno de estos proyectos corresponde al trabajo con algas marinas locales, que lleva a cabo el profesor Sebastián Pizarro, cuyos avances prometen alcanzar nuevos umbrales de sostenibilidad de procesos, así como también brindar un fuerte reimpulso a la economía circular, mediante la innovación tecnológica de frontera.

Todo ello, tal como asegura el Dr. Córdova, con el objetivo final "de avanzar en la construcción y consolidación de una agroindustria más verde y amigable con el ambiente".
 
“Estos proyectos no solo generan publicaciones científicas de alto impacto, sino que también algunos de ellos están contribuyendo a crear soluciones que van directamente aplicadas a la industria de alimentos local, manteniendo un diálogo permanente con el sector productivo”, destaca.
Foto
El Laboratorio de Asistencia Técnica, ASISTEC, brinda apoyo especializado a empresas e instituciones públicas y privadas, emprendedores y startups. Foto: Gentileza Escuela Alimentos PUCV.
VINCULACIÓN CON EL MEDIO

La escuela de alimentos de la PUCV también ha mantenido un fuerte y permanente compromiso con la sociedad, que se plasma, por ejemplo, en las actividades que realiza su Laboratorio de Asistencia Técnica, ASISTEC, que brinda apoyo especializado a empresas e instituciones mediante acciones de alto impacto para todo el ecosistema agroalimentario, como análisis de control microbiológico y químico, estudios de vida útil, análisis de agua y muestreo de controles sanitarios, entre otros servicios.

La escuela también ha realizado un extenso programa de capacitaciones que han beneficiado a más de 13.000 personas en 35 comunas a lo largo de todo el país, lo que ha permitido fortalecer los conocimientos, competencias y habilidades de una gran cantidad de capital humano, tanto en el sector público como privado, y así como también cubrir las necesidades de microemprendimientos y grandes empresas.

Asimismo, se han llevado a cabo diversos proyectos de alto impacto comunitario en soberanía alimentaria, como el fortalecimiento de los ecomercados solidarios.

A ellos se suman diversos talleres para adultos mayores y pasantías escolares, que demuestran que la ingeniería en alimentos no solo transforma a la industria, sino también vidas.
 
Sin embargo, este trabajo no termina ahí, pues hoy la escuela de Alimentos de la PUCV está abocada a abordar con mayor energía los desafíos que hoy interpelan a la industria y a toda la sociedad, como el cambio climático, la inflación alimentaria, las enfermedades no transmisibles, y las nuevos requerimientos nutricionales de una población que crece, pero al mismo tiempo, también envejece.
 
“Es importante reconocer que si queremos que nuestro país avance hacia su consolidación como potencia agroalimentaria, nuestro esfuerzo disciplinar no bastará por sí solo, sino que debemos tener la flexibilidad para adaptarnos a estos nuevos escenarios”, explica Andrés Córdova.

En ese sentido el directivo enfatiza que uno de los principales objetivos estratégicos presentes, radica en trabajar conjunta e inter disciplinariamente, para potenciar el denominado concepto One Health. 

“Este nos invita a realizar un enfoque integral, donde se reconozca la interconexión que existe entre la salud humana, la salud animal y la del medio ambiente, entendiendo que estos tres componentes están estrechamente vinculados y deben abordarse de forma coordinada, para garantizar sistemas alimentarios que sean seguros, sostenibles y resilientes”, asegura.


“Para ello necesitamos conectar mejor con nuestros colegas de las ciencias agronómicas, ambientales, veterinarias, de la nutrición y de la medicina, teniendo presente, de todos modos, que la ingeniería de alimentos tiene el rol de ser una piedra angular y servir como puente entre todas estas disciplinas, para así construir significativamente al bienestar de las personas”, agrega el Dr. Córdova.
 
Objetivos que demuestran que la escuela de alimentos de la PUCV seguirá siendo, un valioso semillero de conocimiento, así como un motor de transformación social, en la medida que tanto su cuerpo docente como sus alumnos, reafirman a diario su convicción de que “alimentar a Chile y al mundo es, en esencia, alimentar la esperanza de un mañana más justo, saludable y sostenible”.
Versión Reportaje PUCV en PDF

​GALERÍA

Firma Francisco Javier González Salvo

​OTROS REPORTAJES

Reunión 56 CCPR Chile 2025
Exitoso cierre Food Service 2025
Cómo optimizar eficiencia productiva
Foto
Más Reportajes
0 Comentarios

Eficiencia y gestión de calidad

9/25/2025

0 Comentarios

 
Eficiencia y gestión de calidad
Bajada eficiencia productiva
Letra L
​a acelerada transformación que hoy experimenta la industria alimentaria, se refleja constantemente en el desarrollo y comercialización de nuevos productos elaborados con ingredientes más saludables, inocuos y naturales.
 
Sin embargo, para que esa evolución sea exitosa y se proyecte estratégicamente en el largo plazo, debe sustentarse también en una mayor eficiencia productiva, la cual no solo requiere avances tecnológicos o científicos, sino también un auténtico cambio cultural. Esto permitirá a las empresas dejar atrás los clásicos paradigmas del siglo pasado, que solo buscaban formas de producir más a menor costo, para reinventarse y convertirse en “entidades ágiles y adaptables”.
 
Esto implica, en otras palabras, internalizar en forma profunda los nuevos requerimientos de un entorno incierto, exigente y en constante transformación, donde la única certeza es, precisamente, el cambio. Y en este contexto, que los expertos en mercadotecnia definen como frágil, ansioso, no lineal e incomprensible (Brittle, Anxious, Nonlinear and Incomprehensible o BANI), sólo alcanzarán el éxito aquellas organizaciones que apliquen estrategias ágiles e integrales de perfeccionamiento y mejora continua, que además estén impulsadas por criterios de inversión socialmente responsable (ISR).
 
FRENTES DE ACCIÓN
 
Hace tan solo una década, las empresas exitosas del sector eran aquellas capaces de maximizar la producción de alimentos y bebidas, reduciendo costos y plazos de introducción al mercado. Hoy sin embargo, estos criterios ni siquiera constituyen la prioridad absoluta, pues existen otras variables tanto o más significativas que pueden marcar la diferencia entre un posicionamiento exitoso y el fracaso o la desaparición definitiva.
 
Y esto puede ocurrir no solo por un incremento inesperado de los costos, sino también por un fenómeno social-comercial aún más complejo: la eventual reacción negativa de un consumidor, que hoy espera y exige que sus alimentos provengan de fuentes éticamente confiables, seguras y responsables, tanto con la salud de las personas, como con el resguardo de los ecosistemas planetarios.
 
Al respecto, Gabriel Vivanco Ocampo, asesor del Colegio de Ingenieros Alimentos de Chile y gerente general de Focqus Consultores, comenta que hoy en día las expectativas de los consumidores son tanto o más importantes que los avances tecnológicos y la regulación normativa. De hecho, condicionan de manera directa el desarrollo y perfeccionamiento de las variables críticas que definen una cadena productiva alimentaria eficiente.
 
“Una empresa eficiente, no es solo la que produce mucho con pocos recursos, sino aquella que lo hace de forma segura, trazable, adaptable, sostenible y rentable”, enfatiza Vivanco. Esto implica, asimismo, “que debe enfocarse en el cuidado de sus productos de manera preventiva, garantizando la confianza del cliente y el cumplimiento normativo, sin sacrificar competitividad”, agrega el consultor experto.
 
Para alcanzar estos objetivos, las empresas deben aplicar una serie de estrategias complementarias, que implican reforzar múltiples variables esenciales para el éxito a largo plazo en un mercado cada vez más cambiante y exigente. Según explica Gabriel Vivanco, estas variables son las siguientes:
 
Capital humano y cultura organizacional: El liderazgo interno de la empresa, debe estar permanentemente comprometido con la búsqueda de calidad, así como con la disciplina operativa, para asegurar estándares y procesos formativos eficaces. Esto se logra mediante capacitación continua, así como también mediante la motivación y retención de talento clave, característica clave dentro de un contexto como el actual donde existe alta rotación de personal.
 
Eficiencia operacional y productividad: La optimización de procesos debe pasar de la lógica de reducción de mermas a la mejora de rendimientos, todo ello como resultado de una planificación detallada y eficazmente realizada. Esto implica adoptar medidas como implementar más automatización y digitalización de operaciones, así como aplicar estrategias de mantenimiento preventivo en equipos e instalaciones, para así evitar detenciones no programadas de la producción.
 
Calidad e inocuidad alimentaria: La adopción de la cultura de inocuidad en la organización, debe ser impulsada desde la gerencia senior e involucrar a todos los niveles. Esto implica, a su vez, gestión oportuna de riesgos, así como la adopción de correctos procesos de trazabilidad “como medio” y “no como fin”. Esto permitirá, como resultante, el cumplimiento normativo periódico y oportuno de los diferentes estándares nacionales e internacionales.
 
Sostenibilidad y responsabilidad social: La gestión de los recursos debe hacerse con enfoque de economía circular y optimizando la reducción de la huella de carbono organizacional. Además, deben implementarse relaciones éticas con proveedores y prácticas de comercio justo.
 
Innovación y adaptación al mercado: Las empresas requieren flexibilidad productiva para responder en forma ágil y oportuna a los cambios repentinos en la demanda. De este modo, se desarrollarán nuevos productos alineados con las nuevas tendencias saludables y éticas del consumidor.
 
Gestión de la cadena de suministro: La selección y evaluación de proveedores, debe hacerse de acuerdo con estrictos criterios de calidad, inocuidad y sostenibilidad. Además, se debe aplicar una planificación eficiente de la logística externa, y garantizar la excelencia permanente de las respectivas cadenas de frío.
 
LA TRASCENDENCIA AMBIENTAL
 
Esta optimización de la eficiencia productiva, a través de la implementación de procesos integrales de mejora continua, exige también aplicar estrategias específicamente orientadas a reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos; que en los últimos años se ha incrementado significativamente a lo largo de toda la cadena productiva y logística.
 
De hecho, según estudios realizados por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, PMA, y diversas ONGs internacionales, hoy la producción de alimentos es responsable de aproximadamente 28% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Esta cifra incluye, por ejemplo, el 58% de las emisiones de metano provenientes de vertederos; y más de 12,5 millones de toneladas de plástico provenientes de envases de alimentos que cada año contaminan ecosistemas terrestres y acuáticos.
 
Esto se traduce directamente -comenta Gonzalo Vivanco- en que hoy las variables ambientales y sostenibles dejaron de ser solo un “extra de imagen”, para convertirse en pilar central de la gestión de calidad eficiente en la industria de alimentos y bebidas. “La razón es que calidad ya no se entiende solo como producto sin defectos, sino como producto seguro, competitivo, sostenible y responsable con el medio ambiente, a lo largo de todo su ciclo de vida”, afirma Vivanco.
 
“Por ende -agrega -, dentro de una gestión de calidad eficiente, las variables ambientales y sostenibles ya no son opcionales; sino condiciones necesarias para competir, cumplir la ley, reducir riesgos y fidelizar clientes. Básicamente, esto implica integrar KPIs ambientales (como gasto de agua, consumo de energía, reducción de huella de carbono y gestión de residuos, entre otros) en los mismos tableros de control (dashboards) donde interactúan los indicadores de calidad e inocuidad”.
 
Punto de vista con el que concuerda Óscar Córdova, Food and Beverage Industry Manager, de la empresa Endress + Hauser, quien pone especial énfasis en optimizar el consumo de energía de las empresas, como eje central para alcanzar un nivel de eficiencia que les permita enfrentar el actual escenario de estrés hídrico y reducir, al mismo tiempo, su huella de carbono.
 
“Hoy la eficiencia energética es un tema crítico y primordial, no solo por su impacto ambiental, sino también por su aporte a la productividad. De hecho, tener plantas energéticamente más eficientes, se traduce en ahorros significativos en costos operacionales y de producción, lo que a su vez también se refleja en la calidad de los productos finales y en la imagen pública de las compañías”, explica el ejecutivo.
 
“Por ello -agrega Córdova-, es esencial para las empresas conocer en detalle su consumo energético y aplicar estrategias para optimizarlo, pues así cumplirán los objetivos que estipula la Ley y además mejorarán su reputación ante el mercado. En ese sentido, debemos recordar que hoy los clientes no solo valoran a los fabricantes de alimentos por la calidad de sus productos, sino también su huella de carbono y eficiencia energética”.
 
Para el ejecutivo, parte esencial de esta optimización energética pasa por reducir y optimizar el uso de los recursos hídricos (que en un escenario de cambio climático son escasos), mediante acciones tales como reutilizar las aguas residuales en procesos auxiliares; optimizar los tiempos de lavado de maquinarias y modernizar las instalaciones que utilicen vapor, emigrando, por ejemplo, al uso de energías renovables no convencionales. “Todo eso conlleva un ahorro de agua importante para la empresa, que ayuda a cumplir la ley, optimizar procesos y mejorar la imagen corporativa”.

DESAFÍOS EN CHILE

La industria alimentaria nacional no es ajena a estos desafíos y esfuerzos de optimización. De hecho, en los últimos años se han concretado múltiples avances en diversos sectores, orientados a perfeccionar los procedimientos de producción, distribución y venta de nuevos productos, con énfasis especial en el cambio de paradigmas, la retención de talentos, el cambio de cultura organizacional y la reducción de la huella de carbono, entre otras variables trascendentes para el éxito a largo plazo.
 
Sin embargo, se trata de una tarea en plena aplicación, y que para los expertos requiere redoblar esfuerzos sectoriales, no solo para superar debilidades y acortar brechas, sino también para aprovechar las nuevas oportunidades que brindan la ciencia, la tecnología y el conocimiento, expresados en acciones de I+D+i.
 
Para Gabriel Vivanco, si bien las empresas chilenas han logrado avances significativos en materia de sostenibilidad y gestión eficiente, aún persisten brechas importantes que deben abordarse para consolidar una verdadera transformación de calidad orientada a la mejora continua.
 
“Existen avances concretos en reportabilidad y gobernanza. Sin embargo, la ejecución efectiva, la verificación independiente, la medición completa de impactos climáticos, y la integración estratégica de la sostenibilidad siguen siendo retos esenciales y un tremendo desafío que tenemos por delante”, explica.
 
A su juicio, estas brechas se producen especialmente en sectores como la agroindustria y las PYMES, “donde los obstáculos son mayores y los recursos escasos”, asegura.
 
Punto de vista que también enfatiza Óscar Córdova, quien estima que los mayores avances en eficiencia, especialmente desde el punto de vista energético, corresponden a las grandes empresas y conglomerados, que por la naturaleza y alcance de sus productos, tienen mayor consumo de agua.
 
Claro que, tal como recalca Córdova, esto también brinda nuevas oportunidades de desarrollo a sectores como las industrias cárnica, láctea, cervecera y de alimentos para mascotas, “que pueden implementar nuevas y mejores estrategias de mejora continua para contribuir de mejor forma al cuidado del agua”, explica.
 
Ejemplos certeros y que confirman que hoy la búsqueda de eficiencia y calidad permanente ya no es una simple ecuación comercial, sino la suma de acciones coordinadas, integrales, multidisciplinarias y constantes, que permitan a las empresas adaptarse en forma más ágil y efectiva a los cambios del contexto y, especialmente, a las nuevas tendencias de consumo de la población. 

​GALERÍA

0 Comentarios

Agricultura Regenerativa

8/28/2025

0 Comentarios

 
Portada agricultura regenerativa
En un mundo azotado por el cambio climático y los fenómenos meteorológicos adversos, este método surge como el más viable para que el sector agropecuario reemplace sus modelos invasivos y contribuya efectivamente a reparar la riqueza orgánica y la biodiversidad de los suelos, regenerando así su capacidad para entregarnos alimentos nutritivos y saludables.
Letra M
ás allá de los slogans o de las frases políticamente correctas, la lucha contra los efectos del cambio climático exige trabajo constante y compromiso permanente de manera transversal.
 
Esta premisa es particularmente relevante para el sector agropecuario, que según recientes estudios del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), es responsable del 23% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
 
Dato extraordinariamente significativo, si se toma en cuenta que más de 5.000 megahectáreas, equivalentes a 38% de la superficie de nuestro planeta, se destinan a tierras de cultivo (un tercio del total), o bien a praderas y pastizales para ganadería (dos tercios).
 
Por ello, no es extraño que este sector, vital para producir los alimentos que garantizan la supervivencia de la humanidad, sea a la vez el principal afectado por los fenómenos climáticos adversos extremos cada vez más frecuentes en todo el mundo, como megasequías, tormentas intensas y heladas fuera de temporada, entre otros.
 
Contingencia aún más grave si se considera que los mismos estudios de FAO estiman que alrededor de 33% de los suelos agrícolas del mundo se encuentran moderada o altamente degradados, incluyendo las tierras de clase I y II, que ya muestran niveles medios o altos de compactación.
 
Ante este complejo escenario, numerosos científicos y especialistas internacionales plantean, cada vez con más energía, la necesidad de implementar cambios radicales en las estrategias de cultivo.
 
De este modo se contrarrestarán de mejor forma los devastadores efectos del agotamiento de los suelos, la deforestación, la escasez hídrica y los desequilibrios biológicos causados por la actividad agropecuaria intensiva.
 
Si bien, la mayoría de los agricultores estima que la mejor forma de encauzar estos esfuerzos, consiste en acelerar la transformación tecnológica del sector, tal como también lo ha manifestado el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Antonio Walker; otro grupo importante de expertos a nivel mundial considera que la estrategia más adecuada para enmendar el rumbo y recuperar el equilibrio biológico de la tierra, esencial para “la salud del planeta”, es cambiar el actual modelo de producción invasiva por otro conocido como “agricultura regenerativa”.
 
“Gran parte de los problemas actuales se asocian a la parte física, como la compactación de suelos y a la parte química, como manejo de pesticidas y fertilizantes sintéticos. Pero nunca tomamos en cuenta la parte biológica de esta ecuación. Es un error, porque el suelo está vivo y respetar ese equilibrio biológico es esencial para restaurar la riqueza orgánica y la biodiversidad de los suelos, y así regenerar su capacidad para entregarnos alimentos saludables”, destaca Rodrigo Sapiaín, ingeniero agrónomo y director de la empresa consultora agrícola AIN.

¿QUÉ ES LA AGRICULTURA REGENERATIVA?

La agricultura regenerativa no es un concepto nuevo. De hecho, sus orígenes se remontan a la década de 1980, cuando The Rodale Institute (líder mundial en estudios de agricultura orgánica) publicó sus primeras investigaciones sobre uso y degradación de suelos agrícolas.
 
En esa época, los trabajos académicos destinados a optimizar la producción agropecuaria se centraban principalmente en determinar y prevenir los efectos negativos de pesticidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos en la salud humana.
 
Sin embargo, pronto esos primeros esfuerzos dieron paso a un nuevo campo de estudio, relacionado directamente con el diseño y aplicación de nuevas estrategias de cultivo que ayudasen a combatir los efectos en el medioambiente de la producción agroindustrial intensiva.
 
En especial, controlar la emisión de GEI y reducir la huella de carbono de este tipo de actividades en todo el mundo.
 
Esto permitió determinar con mayor certeza el concepto de agricultura regenerativa como el uso de diferentes técnicas de cultivo destinadas a reconstruir la materia orgánica y la biodiversidad del suelo.
 
Todo ello con el objetivo de revertir los efectos generados por el calentamiento global y la sobreexplotación de los suelos.
 
Hoy los especialistas coinciden en que esta agricultura se traduce en suelos más saludables y en cultivos con más capacidad de absorber nutrientes y de resistir condiciones climáticas adversas (como las tormentas causadas por “ríos atmosféricos que azotaron el centro-sur de Chile en 2023 y 2024).
 
Consecuentemente, esta técnica se posiciona como la herramienta más efectiva para reparar los daños generados por la agricultura industrial tradicional, y reducir sustancialmente su huella de carbono.
 
“Si logramos aplicar estas técnicas con éxito, lograremos un cambio muy importante -destaca Rodrigo Sapiaín-, sobre todo en frutales leñosos de hoja caduca, aunque teóricamente esta agricultura también puede aplicarse a todo tipo de cultivo, e incluso a la producción ganadera”.

IMPACTO GLOBAL

A nivel mundial, uno de los principales impulsores de la agricultura regenerativa es The Regen Academy, fundada por el agricultor e ingeniero agrícola Francesc Font, que actualmente se dedica a realizar diversos cursos y programas de capacitación en todo el mundo.
  
En Chile, en tanto, desde hace una década existen diversas iniciativas asociadas a la implementación de agricultura y ganadería regenerativa.
 
Algunas de ellas son impulsadas por Organizaciones No Gubernamentales como Regenerativa; y otras por entidades internacionales estratégicas, como Rabobank, que actualmente está muy comprometido en apoyar a los pequeños productores agropecuarios que deseen sumarse a esta tendencia.
 
Cambio que además se alinea con las nuevas tendencias sustentables de producción de alimentos que exige la población y que ya han comenzado a implementar gigantes de la comida mundial, como Nestlé, PepsiCo y Wallmart, entre otros, quienes ya anunciaron planes para exigir que, en el corto a mediano plazo, sus proveedores solo utilicen, precisamente, sistemas de agricultura regenerativa.
 
¿CUÁLES SON SUS TÉCNICAS?

Si quisiéramos representar la agricultura regenerativa de manera práctica, tendríamos que imaginar, por ejemplo, a una empresa agrícola X que agotó los recursos del suelo en una zona del país, y que en lugar de expandirse a otras áreas, deforestando o alterando el medio ambiente, prefiere invertir en la reconstrucción de los suelos degradados, mediante estrategias regenerativas, sustentables y circulares.
 
Esto no necesariamente implica uso de tecnología de punta, sino más bien de técnicas que combinan lo que para muchos expertos es “sentido común biológico” y “sabiduría telúrica ancestral”.
 
De este modo, aplicar agricultura regenerativa implica una serie de cambios radicales y sustancialmente opuestos a las técnicas que tradicionalmente se han utilizado para trabajar la tierra.
 
Estos cambios se ciñen a los siguientes principios:
 
Reducir el daño biológico de los suelos: Esto implica, entre otras acciones, no arar la tierra y eliminar cualquier producto químico que pueda dañar a los microorganismos que viven en ella (como pesticidas y fertilizantes sintéticos).
 
Esto reducirá la emisión de carbono a la atmósfera, evitará la compactación de los suelos y mejorará su nutrición e infiltración.
 
Cubrir el suelo con material vegetal: Se debe permitir el crecimiento de una cubierta vegetal limitada, que puede variar en tipo y extensión, dependiendo de cada cultivo.
 
Esto mejorará la retención del agua de riego, prevendrá la erosión de la tierra y aumentará la calidad de los suelos.
 
Promover la biodiversidad: No hay que eliminar a los insectos u otros organismos que vivan cerca de las raíces, pues la diversidad biológica es esencial para cuidar la salud de los suelos y mejorar la capacidad de las plantas para absorber más nutrientes.

Mantener las raíces vivas en el suelo: Es imprescindible sembrar semillas de cobertura antes de eliminar las raíces. Así se mantendrá el ciclo del agua y de los nutrientes.
 
Integrar a los animales: Los expertos aseguran que el pastoreo sobre los cultivos de cobertura, es muy útil para fertilizar la tierra en forma natural. Además, ayuda a prevenir en forma natural los efectos de cualquier tipo de plaga.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Aunque muchas de estas acciones, así como los principios que las sustentan, pueden parecer sorprendentes e, incluso, incomprensibles para los agricultores, su impacto tanto en el corto como largo plazo es extraordinariamente positivo para la salud de los suelos y la calidad los cultivos.
 
En términos concretos algunas de las ventajas más importantes de la agricultura regenerativa son las siguientes:
 
● Permite contar con suelos más saludables y con mayor capacidad productiva.
● Ayuda a producir alimentos con mayor carga nutricional y libres de los químicos presentes en pesticidas y fertilizantes sintéticos.
● Aumenta la biodiversidad del suelo y de las zonas donde se desarrolla la actividad agrícola.
● Contribuye a purificar el medio ambiente.
● Ofrece mejores condiciones de vida para las comunidades agrícolas.
 
Todo esto se traduce en numerosos efectos positivos para el medio ambiente y, en especial, para reducir la emisión de GEI, que son los principales impulsores del cambio climático.
 
“Podemos fijar cantidades de carbono muy importantes que hoy se emiten libremente a la atmósfera, que dependiendo del tamaño del huerto incluso pueden superar las 20 toneladas por año”, enfatiza Rodrigo Sapiaín.
 
“Además -agrega-, podemos disponer in situ de todo lo que la planta necesita para vivir, como la propia materia orgánica”.
 
En términos concretos esto implica revivir la biología de los suelos, eliminar el principal factor que incrementa el cambio climático y, además, ayudar a que el agricultor ahorre recursos. “Por eso es tan importante que rompamos los paradigmas actuales respecto de que todo debe hacerse con insumos artificiales”, recalca el experto chileno.

EDUCAR PARA REVIVIR LA TIERRA
 
Si bien esta transformación puede ser muy compleja, pues implica adquirir nuevos conocimientos y habilidades, además de contar con visión estratégica y paciencia para entender que se requiere trabajar a largo plazo; para los expertos es un paso que el sector debe dar lo antes posible, más allá de que los agricultores utilicen, o no, todas las herramientas de la agricultura regenerativa.
 
Al respecto, Rodrigo Sapiaín enfatiza que esto “no se trata solo de llegar y plantar maleza, por ejemplo, pues cada cultivo requiere una cubierta vegetal distinta, y claramente hay zonas donde no se puede aplicar por la falta de agua”.
 
“Por eso -explica- se requiere un intenso programa de capacitación orientado a todo el mundo agrícola, para que sus protagonistas aprendan a no disturbar el suelo, a incorporar fertilizantes orgánicos, a fomentar la biodiversidad mediante el uso de la cubierta vegetal más adecuada para sus campos, y a respetar la vida orgánica y microorgánica del suelo”.
 
En su opinión, probablemente en algunos suelos bastará utilizar solo algunas de las herramientas de la agricultura regenerativa, mientras que en otros habrá que “utilizar un tratamiento de choque”, pero lo esencial en actuar ahora, entregando apoyo técnico y teórico a los agricultores.
 
“Evidentemente es un proceso complejo, porque para muchos agricultores implica trabajar de manera completamente distinta -añade-, pero si la estrategia se aplica en forma correcta obtendrán beneficios económicos concretos y generarán un impacto extraordinariamente positivo para la salud de las personas y del planeta”.
 
Conclusiones que permiten a los expertos asegurar que la agricultura regenerativa es “la vía” del futuro, considerando que hoy lo único cierto dentro de la incerteza del cambio climático, es que nos seguirá afectando cada vez con mayor fuerza.

GALERÍA

0 Comentarios

Estrategias de packaging sostenible

8/22/2025

0 Comentarios

 
Titular packaging sostenible
Foto: FreePik
Aunque las empresas han comenzado a implementar objetivos de sostenibilidad que incluyen el desarrollo de nuevos envases alimentarios reciclables o compostables, los expertos también consideran que los consumidores deben tener un papel más activo, para alcanzar más rápido el objetivo de mitigar los efectos de la contaminación por plásticos de un solo uso.
Letra C
ada vez es más evidente que las modernas tendencias de consumo de la población se expresan en marcadas preferencias por productos más naturales, saludables, "éticos" y también sostenibles.

Esto necesariamente exige a las empresas adoptar enfoques productivos más armónicos con el medio ambiente, especialmente en el mercado alimentario.
 
Consecuentemente, se ha registrado un aumento cada vez más relevante en el desarrollo de envases y empaques respetuosos con el medio ambiente, los cuales contribuyen a reducir la huella de carbono de alimentos y bebidas, y a mejorar la propia conducta de los consumidores, respecto de la acumulación desmedida de desechos en el ambiente.
 
De hecho, recientes estudios publicados por la firma especializada Mordor Intelligence, muestran que el mercado de envases sostenibles registrará, en el quinquenio 2023-2028 una tasa de crecimiento anual compuesta de 7,67%. Ello implica pasar de USD 271,86 mil millones en la actualidad, a USD 393,39 mil millones al final de dicho período. 
 
Estas proyecciones fueron confirmadas por los resultados de una encuesta de la consultora internacional Gartner, donde 20% de las organizaciones mundiales que impulsan iniciativas de envases sostenibles, afirmó que optimizarán significativamente su metodología de reciclaje y eliminación de plásticos, para así reducir sus respectivas huellas de carbono.
 
En este nuevo contexto, que conjuga tanto los valores de la población, como la renovada visión de sostenibilidad de las empresas, el “packaging verde” o “packaging sostenible” se posiciona como la opción más viable para que las empresas alimentarias logren un impacto más tangible en sostenibilidad y reducción de sus huellas de carbono.

ESFUERZOS Y DESAFÍOS

Este camino complejo y altamente desafiante, requiere esfuerzos cada vez más intensos como, por ejemplo, modernizar y modificar de manera ostensible tanto las materias primas como los sistemas de producción actualmente en uso, pues solo de este modo pueden desarrollarse envases que sean realmente sostenibles. Es decir, que cumplan, al menos, con una de las siguientes características: ser reutilizables, reciclables y/o biodegradables en el corto plazo.
 
Esto no solo implica reemplazar los polímeros elaborados a base de derivados del petróleo, por alternativas de vidrio, papel o cartón, sino también invertir en procesos de I+D+i para desarrollar alternativas más amigables con el ecosistema, como bioplásticos (plásticos vegetales), materiales compostables a base de plantas e, incluso, tejidos naturales como algodón o seda, entre otras diversas opciones.
 
Al respecto, Arthur de Azevedo, gerente de Estrategia de Procesamiento y Comercial – Latinoamérica, de Tetra Pak, considera que la transición hacia soluciones de packaging más sostenibles en la industria alimentaria, como sustituir los envases tradicionales por materiales alternativos (bioplásticos o papel), aún enfrenta diversas complejidades asociadas, como menor nivel de protección, barrera y durabilidad; mayor costo de producción, innovación y tecnología; y percepción del consumidor.
 
Opinión con la que concuerda Jaime Vicente, gerente comercial de SILBERTEC S.A., para quien el desafío fundamental “hoy está enfocado en el ecodiseño de nuevos envases que, junto con cumplir los atributos de presentación, protección, traslado y aumento de vida útil del alimento, también cumplan los estándares legales y exigencias de los consumidores en los aspectos de sustentabilidad y reciclaje”. Vicente estima, asimismo, que estas consideraciones no solo abarcan el envase primario del producto alimenticio, sino que también “se han extendido a la caja o envase secundario, que tiene una mayor presencia en vitrinas y puntos de venta”.

TENDENCIAS DE CONSUMO Y SU IMPACTO
 
Gran parte de esta necesidad de optimizar las estrategias de packaging sustentable, se basan, asimismo, en las exigencias del consumidor, las cuales derivan a su vez, de la evolución cultural en sus tendencias de consumo y decisión de compra. En tal sentido, Arthur de Azevedo, precisa que todos estos desafíos son “una respuesta directa a las tendencias y expectativas cambiantes de los consumidores”. En razón de ello, de Azevedo enfatiza que las empresas “deben equilibrar estas demandas con la viabilidad técnica y económica”, de modo que la transición hacia soluciones de packaging más sostenibles, “no solo sea un reto, sino también una oportunidad para la innovación”.
 
Oportunidades que para Jaime Vicente deben enmarcarse en la necesidad de estar absolutamente alineados, no solo con las tendencias, sino también con las necesidades de los consumidores “por un aspecto de responsabilidad, que trasciende las obligaciones legales, y se enmarca en la preocupación por el cambio climático que es un problema de ayer”.
 
“Los nuevos envases que no cumplan con estas tendencias no solo tienen un impacto negativo en los puntos de ventas, una multa legal en Chile y un riesgo de no ser preferidos por los consumidores, sino que atentan contra un objetivo global que es la protección del planeta en que vivimos”, enfatiza el gerente comercial de SILBERTEC.

COMPROMISO DE LAS EMPRESAS

Esta necesidad de alinearse simultáneamente con tendencias de consumo, valores culturales, exigencias legales y compromisos medioambientales, ha tenido una respuesta muy positiva en las nuevas generaciones de emprendedores y startups, que hacen de la sustentabilidad, circularidad y descarbonización un eje fundamental de sus respectivos proyectos, especialmente en nuestro país.
 
Esfuerzos que las grandes empresas poco a poco también han ido internalizando, pues, a pesar de las dificultades técnicas, operativas y logísticas que implican, en su mayoría entienden que no sumarse a tiempo a esta evolución, implica sacrificar gran parte de su posicionamiento de mercado y crecimiento estratégico.
 
En tal sentido, André de Azevedo comenta que “este compromiso ha ido en aumento en los últimos años, aunque con diferentes niveles de avance, dependiendo de la empresa y el país”, y agrega que el actual escenario cultural, comercial y legal ya ha impulsado a numerosas empresas multinacionales, regionales y locales que operan en América Latina, a establecer metas claras de sostenibilidad en sus operaciones globales, en las cuales están incluidas sus respectivas estrategias de packaging. “Chile, por ejemplo, ha sido líder en la región en cuanto a políticas medioambientales. Esto ha impulsado a las empresas a buscar soluciones más sostenibles y a invertir en innovación en este ámbito”, enfatiza el ejecutivo de Tetra Pak.
 
Una posición que también destaca Jaime Vicente, y que atribuye en parte a la implementación de la ley de Responsabilidad Extendida del Productos (REP). Sin embargo, a su juicio también se requiere concientizar más a los consumidores, respecto de su responsabilidad en el manejo de los residuos. “Ya no basta eliminar bolsas plásticas que no llegaron solas al mar, sino que la gestión de estos residuos industriales y domiciliarios parte por la educación en los colegios”, afirma. En ese sentido, considera que “estamos muy atrás respecto de Europa, aunque bastante adelantados en conceptos como las 3R, la sustentabilidad y la comprensión de que la responsabilidad en la gestión de residuos no solo es obligación de los fabricantes de envases, sino que toda la población debe tener un rol activo en un proceso eficiente de económica circular”, agrega.

APORTES TECNOLÓGICOS

Si bien los expertos coinciden en que el avance hacia un ecosistema más armónico y circular debe ser un esfuerzo conjunto de todos quienes interactúan en él, también destacan que la tecnología está llamada a ser un pilar fundamental para desarrollar packaging sostenibles.
 
Para André de Azevedo, este aporte puede concretarse en plataformas que conecten a empresas, recicladores y consumidores para fomentar la reutilización y reciclaje de empaques. “Estas plataformas están diseñadas para apoyar modelos de negocio sostenibles que priorizan la circularidad de los materiales. De acuerdo con los desarrollos regionales, vemos un avance muy importante en valor para la cadena de economía circular”, destaca.
 
Por su parte, Jaime Vicente recalca que la innovación en envases ha empujado a que las empresas inviertan en investigación y desarrollo para innovar en tecnologías de envasado, materias primas y proceso de producción más eficientes. Por ello, considera que ninguna empresa que sea parte de la industria del packaging y tenga auténtica mirada de futuro “puede quedar atrás en estas implementaciones”.
 
“Por ejemplo -indica- nosotros hoy tomamos decisiones respecto de los proveedores que representamos en Chile, considerando su enfoque en nuevos envases sustentables, su experiencia con reciclabilidad y cumplimiento de estándares mundiales. Un proveedor que no haya innovado en estos aspectos está destinado a desaparecer y, en ese sentido Silbertec, y sus socios de negocios están a la vanguardia de los requerimientos de los consumidores y nuestros clientes, que son las fábricas de alimentos en Chile”.
 
EVOLUCIÓN FUTURA

De este modo, la acción conjunta de la voluntad de cambio organizacional, las nuevas tendencias de consumo ético, el apoyo de las normativas vigentes y el refuerzo de las estrategias de participación ciudadana, trazan un escenario favorable para que las empresas sigan avanzando hacia nuevas y más eficientes estrategias y tecnologías de packaging sustentable.
 
Evolución que para André de Azevedo debe centrarse en la creación de nuevos materiales que sean tanto renovables como reciclables. En tal sentido, comenta que en Tetra Pak se está trabajando para aumentar el contenido renovable de los nuestros productos, como, por ejemplo, introduciendo pajitas a base de papel, y capas y tapas de plástico elaborado a base de caña de azúcar.
 
“Estamos trabajando para lograr un futuro en el que todos los polímeros que utilicemos estén fabricados con materiales de origen vegetal o reciclados, garantizando al mismo tiempo los mismos niveles de calidad y seguridad. Además, ofertamos herramientas de análisis de datos para optimizar la eficiencia de procesos de producción y minimizar el impacto ambiental, con ahorros de agua, energía y optimización de las líneas de nuestros clientes”, enfatiza el ejecutivo.
 
Por su parte, Jaime Vicente estima que los esfuerzos futuros debieran enfocarse más hacia la optimización de las estrategias de reciclaje y economía circular, pues “gran parte de los envases que podían migrar a materiales reciclables, sin perder las propiedades del packaging, ya lo hicieron”. En su opinión, el desafío actual está enfocado en reciclar mejor los envases que, por sus propiedades de barrera y vida útil, mantienen la cadena de valor de los alimentos, “sin aumentar la cantidad de desechos que eliminamos por vencimiento y pudrición”.
 
“Estamos convencidos -señala- de que el plástico sigue siendo un envase superior en muchos aspectos, y (por ello) la generación de una economía circular para este tipo de envases es un objetivo prioritario, para así seguir aportando al cuidado del planeta sin alterar los hábitos de consumo y los costos de nuestros clientes”.

0 Comentarios

Programa Agroalimentos en el Desierto alcanza con éxito sus metas

8/22/2025

0 Comentarios

 
Titular agroalimentos en el desierto
Foto: Gentileza Programa Agroalimentos en el Desierto
En medio del paisaje más árido del mundo, un valeroso programa pionero ha promovido el desarrollo de agricultura extrema, que en poco tiempo ha permitido desarrollar diversos productos gourmet con identidad local, cuyo posicionamiento ha fomentado la sostenibilidad, el talento innovador regional y liderazgo femenino. 
Letra E
n pleno corazón del árido e inhóspito desierto de Atacama, donde la vida desafía a diario los límites de la resistencia, y el sol domina el paisaje, florece una revolución silenciosa que parece ir más allá de los límites de la lógica humana.
 
Se trata del Programa Territorial Integrado (PTI) “Agroalimentos del Desierto”, iniciativa impulsada por el Comité Corfo Antofagasta, y agenciado por GEDES, que ha convertido las condiciones extremas del norte chileno en una oportunidad para la innovación agroalimentaria.
 
El PTI “Agroalimentos del Desierto” se alinea con políticas nacionales y regionales que promueven la diversificación productiva en zonas áridas, como el Programa Transforma Alimentos, la Estrategia Regional de Innovación (ERI), la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) y el Plan Regional de Gobierno 2021–2024.
 
Este último refuerza la visión de una economía basada en pymes con valor agregado, articulando sectores líderes e incipientes, y priorizando el desarrollo de laboratorios naturales (como la agricultura del desierto y la biotecnología en ambientes extremos), así como el turismo especializado, las energías renovables, el uso sostenible del agua y la consolidación de un hub logístico bioceánico.
 
El PTI fue aprobado en noviembre de 2021, a partir de un diagnóstico que identificó doce brechas estructurales que limitaban el desarrollo de la agricultura en zonas áridas de la región. Esta son las siguientes:
 
● Falta de coordinación y de objetivos comunes entre actores del rubro.
● Escasa formalización de los productores.
● Baja profesionalización y ausencia de conocimientos técnicos.
● Carencia de profesionales especializados en agricultura del desierto.
● Discontinuidad en proyectos del sector.
● Escasez hídrica.
● Débil difusión de buenas prácticas agrícolas.
● Dificultades de comercialización,
● Bajo nivel de emprendimiento y agregación de valor.
● Restricciones de financiamiento e inversión.
● Lenta adopción de tecnologías.
● Escasa inversión en I+D+i.
● Baja calidad de suelos y agua.
 
La hoja de ruta, que contempla tres periodos de gestión y finaliza en septiembre del año 2025, fue diseñada con el propósito de abordar las brechas identificadas anteriormente, en coherencia con la Estrategias Regionales y con el objetivo de posicionar al desierto como un laboratorio natural.
 
Es así como desde 2021, el programa ha articulado a actores del mundo público, privado, académico y comunitario, para fortalecer la cadena de valor agroalimentaria, poniendo especial énfasis en el procesamiento y generación de valor agregado en productos con identidad local.
 
La gobernanza, participativa y basada en un enfoque de cuádruple hélice, ha integrado a instituciones públicas, privadas y académicas, entre ellas: Gobierno Regional, Seremi de Agricultura, INDAP, INIA, FIA, Aguas Antofagasta, SQM, CODELCO, Fundación RONDO, representantes de las cuatro comunas de intervención, así como la UCN —a través de CEITSAZA— y la UA, junto al Centro de Bionnovación.

PRIMEROS OBJETIVOS

Durante su primera etapa, el programa identificó y categorizó a los productores del litoral y la zona altiplánica, generando una base sólida para la intervención.
 
Esta caracterización reveló una geografía productiva diversa, que se extiende desde las comunas de San Pedro de Atacama hasta Taltal, incluyendo también Antofagasta y Calama, y abarcando sectores periurbanos, entre ellos Altos La Portada y zonas rurales como Toconao.
 
● En el altiplano y la precordillera, predominan los cultivos tradicionales como papa y maíz, hierbas medicinales, frutas y hortalizas; Y de igual manera destaca la producción de licores, vinos, mermeladas y arropes.
 
● En la zona litoral, en tanto, se encuentran el aceite de oliva, las hortalizas de hoja, las flores comestibles y los productos en conserva y deshidratados.
 
● En los sectores periurbanos, a su vez, como Altos La Portada y La Chimba, el enfoque está en cultivos hidropónicos y microgreens que se realizan mediante tecnologías controladas.
 
Este mapeo territorial ha permitido orientar las acciones técnicas del programa de acuerdo con las condiciones agroecológicas y las potencialidades comerciales de cada zona.

A lo largo del primer periodo, se ejecutaron diversas actividades clave orientadas a fortalecer las capacidades productivas y de gestión del ecosistema agroalimentario regional.
 
Entre ellas se incluyeron asistencias técnicas para el mejoramiento competitivo de la oferta hidropónica en las comunas de Antofagasta y Taltal, que incorporaron mejoras en etiquetado mediante la inclusión de tablas nutricionales, sellos “Altos en…”, ficha técnica del producto y remasterización de logos.
 
Además se brindó asesoría para la elaboración de un plan de autogeneración eléctrica sustentable para emprendimientos silvoagropecuarios, y se entregó apoyo para el fortalecimiento de cooperativas agrícolas a nivel rural o comunal.
 
También se diseñó un plan regional de regularización sanitaria para emprendimientos agrícolas rurales y comunitarios, junto con entregar asesoría legal para la regularización de terrenos de uso agrícola en productores vitivinícolas de la comuna de San Pedro de Atacama.
 
En paralelo, se llevó a cabo un ciclo de charlas que abordó temáticas como diseño de imagen y packaging, manejo de redes sociales, estrategias de marketing, creación de empresas en un día y formalización ante el SII, además de una charla especializada en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
 
Se diseñó, así mismo, un programa de formación y certificación de competencias laborales en los sectores agrícola y alimentario, y se elaboró el primer catálogo digital regional de la oferta de agro productos de la Región de Antofagasta. A
 
También se participó en una Feria de la Vendimia en San Pedro de Atacama, donde se visibilizaron productos locales con identidad territorial.
 
Complementariamente, se realizó una gira de prospección a centros de innovación gastronómica en Santiago, se llevaron a cabo jornadas de intercambio técnico-productivo entre emprendedores del litoral y del altiplano, se organizó una ronda comercial para vincular oferta y demanda, y se desarrolló una actividad de cierre con balance de resultados y proyección estratégica.
 
Estas acciones permitieron dinamizar la red de actores del ecosistema agroalimentario del desierto, y sentaron las bases para el crecimiento sostenido del programa en sus etapas siguientes.
 
PASOS DE EXPANSIÓN
 
La segunda fase del programa permitió intensificar el trabajo territorial con más de diez actividades destacadas.
 
Entre ellas se incluyeron sesiones de gobernanza, la evaluación del potencial gastronómico local y un ciclo de talleres donde se abordaron temáticas de innovación, fijación de precios, determinación de costos y buenas prácticas agrícolas y de manufactura.
 
Adicionalmente se ejecutó una consultoría de gestión logística y servicios de última milla, tanto a nivel local y nacional, orientada al mercado de demanda gourmet, promovió una consultoría para la formación de liderazgos femeninos, fortaleciendo el rol de las mujeres en la cadena agroalimentaria.
 
Posteriormente se realizó una gira internacional a Costa Rica, que permitió conocer experiencias de agroinnovación en ambientes tropicales, y se desarrolló una asesoría en packaging, explorando diferentes alternativas de envases acordes al concepto y requerimientos de los agroalimentos orientados a la exportación.
 
Además, se impulsaron procesos de mentoring y coaching empresarial, junto con asesorías especializadas en modelos de negocio de triple impacto. Luego se
desarrolló el segundo Catálogo Digital Regional de productos, que amplió la visibilidad de la oferta local.
 
Hitos relevantes fueron el trabajo colaborativo entre los emprendimientos Stück y Dalay, que marcó un precedente en el desarrollo conjunto de productos gourmet, así como la vinculación con el Instituto AIEP, que permitió articular acciones formativas y técnicas con el ámbito académico, reforzando la sostenibilidad del modelo.
 
Muy trascendente ha sido también la articulación con actores claves que han fortalecido el desarrollo del programa y su vinculación estratégica con el sector turismo, especialmente a través de la promoción de productos con identidad local en espacios como la vitrina de Ladera Sur junto al Servicio Nacional de Turismo, Sernatur, de la región de Antofagasta.
 
Finalmente se consolido un Programa de Formación de competencias que certificó a siete productores de Altos la Portada en las Buenas prácticas agrícolas (BPA). 

IMPULSO PARA EL TALENTO REGIONAL
 
Uno de los elementos más destacables del programa ha sido su enfoque inclusivo y territorial, pues más del 66 % de las organizaciones beneficiarias están lideradas por mujeres, quienes han asumido un rol protagónico en el desarrollo de productos con identidad cultural, valor agregado y proyección gourmet.
 
Esta perspectiva ha sido clave para la sostenibilidad social del modelo, al integrar saberes ancestrales con tecnología moderna.
 
Algunos casos de éxito son los Vinos Ayllu, Licores Don Mateo, Sabores Escondidos, Tomates Verdes, Stuck Chocolates y Kenko Vida, que reflejan el impacto tangible del PTI.
 
Estas iniciativas han logrado formalizarse, mejorar sus empaques, acceder a ferias nacionales e incluso aspirar a la exportación.
 
Por ejemplo, Ada Zuleta, de Ckachi Hoiri, llevó sus mermeladas artesanales con rica-rica y rosa de Jere al Centro de Innovación Gastronómica de INACAP en Santiago, donde chefs profesionales validaron su potencial gourmet.
 
Entre otras iniciativas destacadas se encuentra Licores Don Mateo y Kenko Vida, empresa dedicada a alimentos fermentados, seleccionadas como parte del Catálogo de Innovación Alimentaria de Transforma Alimentos en los años 2023 y 2024 respectivamente.
 
Asimismo, la productora Apicultura Pereira ha incorporado terapias respiratorias con aire de colmena, fortaleciendo además el vínculo entre apicultura y polinización agrícola.
 
A su vez, la Cooperativa Campesina Lickanantay, enfocada en la producción de vinos de altura, constituye otro ejemplo concreto del alcance y profundidad del programa.
 
El PTI también ha destacado por su impulso a la asociatividad y la comercialización. En esta línea, ha organizado participaciones en la Feria Espacio Food & Service (2023 y 2024), el evento alimentario más importante de Chile, llevando a más de diez emprendedores de Taltal, Antofagasta, Calama y San Pedro de Atacama.
 
A través de su cuenta oficial de Instagram, el programa ha fortalecido su visibilidad y vinculación con la comunidad.
 
Es así como en esta red social se difunden testimonios de beneficiarios —como el de Dalay Noemí—, videos de talleres de costos en San Pedro de Atacama, visitas a productores de Calama, y muestras de productos como bombones rellenos de peras al vino con arrope de chañar.
 
Esta estrategia digital ha permitido mostrar la riqueza del territorio en formatos visuales accesibles, incrementando el reconocimiento del proyecto tanto a nivel regional como nacional.
 
Durante el tercer año, actualmente en ejecución, el trabajo del PTI apunta a la apertura de mercados, la participación en ferias especializadas y la internacionalización de la oferta regional.
 
Para ello se realizaron sesiones de gobernanza, el acto de adjudicación de fondos del programa Desarrolla Inversión 2024, y se participó en instancias relevantes como el Encuentro de Turismo Costero y la Feria Mipyme.
 
También se organizaron mesas técnicas, visitas a beneficiarios en Altos La Portada, y diversas acciones de vinculación productiva y territorial.
 
Entre las actividades destacadas del plan de trabajo de esta etapa se incluyen la elaboración de una plataforma virtual inmersiva, la actualización del Catálogo Regional de Agroalimentos del Desierto y un nuevo ciclo de talleres formativos, enfocados en fortalecer capacidades de gestión y comercialización.
 
Asimismo, se han desarrollado talleres como "Marca Chile" y "Región Antofagasta: un universo por descubrir", que han contribuido al posicionamiento territorial de la oferta agroalimentaria.
 
En cuanto a innovación tecnológica, el PTI ha abordado temas como el uso de bioestimulantes para mejorar suelos áridos.
 
En paralelo, se diseñó una tercera versión del catálogo digital regional que permite posicionar los productos de los beneficiarios y facilitar su ingreso a nuevos mercados especializados. Además, coorganizó el Congreso Agropecuario junto a SQM Litio, instancia en la que productores del desierto presentaron sus productos y el trabajo realizado.
 
El programa ha fortalecido el tejido productivo local, con más de 90 emprendedores beneficiados en el primer año y cerca de 100 al cierre del PTI.
 
Entre los logros destacan la formación de cooperativas, las capacitaciones en comercialización y buenas prácticas, así como la incorporación de identidad cultural en los relatos de marca.
 
Además, se ha generado un impacto positivo en la colaboración interinstitucional lo que ha permitido articular soluciones a problemáticas estructurales del sector.

ESCALAMIENTO ROBUSTO Y SOSTENIBLE

Es importante mencionar que, junto con el plan de actividades, se desarrolló una cartera de iniciativas de escalamiento competitivo que contribuyeron significativamente al desarrollo de la agricultura y los agroalimentos en el desierto.
 
De este modo, a lo largo de sus tres años de implementación, el programa ha demostrado solidez y resultados concretos en materia de innovación, asociatividad, diversificación productiva e impacto social.
 
Esta experiencia constituye hoy un referente replicable para otras regiones extremas de Chile y América Latina, gracias a su modelo de intervención basado en la articulación público-privada, la activación de economías locales con identidad cultural, y la generación de valor agregado desde territorios tradicionalmente marginados del mapa agroindustrial.
 
Del mismo modo, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, el PTI ha contribuido de manera concreta al ODS 1 (fin de la pobreza), ODS 2 (hambre cero), ODS 5 (igualdad de género), ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico), ODS 12 (producción y consumo responsables) y ODS 13 (acción por el clima), fortaleciendo el ecosistema agroalimentario regional desde una perspectiva resiliente, inclusiva y tecnológicamente adaptada al desierto.
 
Hoy, los Agroalimentos del desierto no solo son una realidad consolidada, sino una propuesta de futuro para una región que ha sabido transformar la adversidad en una plataforma de innovación, identidad y crecimiento sostenible.

0 Comentarios

Cómo optimizar la inocuidad de la producción cárnica

8/20/2025

0 Comentarios

 
Foto
Implementar sistemas de control y prevención de riesgos, basados en buenas prácticas y mejora continua, es fundamental para prevenir la contaminación física, química o biológica de los productos, lo que evitará perjuicios a la población y al mismo tiempo reforzará la competitividad de las empresas y su imagen pública.
Letra P
reservar y resguardar la inocuidad de alimentos y bebidas es una tarea extremadamente compleja y delicada, que requiere aplicar y perfeccionar, de manera constante, múltiples estrategias de acción y prevención.
 
Esta premisa es particularmente vital para los productos cárnicos y sus derivados, debido a que su naturaleza perecible y su permanente contacto con diferentes ambientes de alta circulación, los hace muy vulnerables al riesgo de contaminación física, química y microbiológica.
 
Este desafiante escenario, exige que todas las empresas participantes en la cadena de producción cárnica, incluyendo granjas, faenadores, transportistas, frigoríficos, carnicerías y distribuidores minoristas, extremen y optimicen constantemente sus estrategias de seguridad e inocuidad.

INOCUIDAD Y COMPETITIVIDAD
 
La gran trascendencia que juega la inocuidad para la industria cárnica y sus derivados, radica tanto en la necesidad de proteger la salud del consumidor, como en la obligatoriedad de cumplir las leyes y regulaciones sanitarias vigentes.
 
Esta premisa es esencial para prevenir brotes de infecciones, o riesgos de contaminación, cuyas consecuencias pueden ser muy graves para la salud de la población, así como también para la propia Industria.
 
Esto se debe a que una emergencia sanitaria por malas prácticas, puede derivar, por ejemplo, en multas o sumarios, mala reputación, pérdida de confianza de los consumidores, disminución de las ventas y eventual desaparición del mercado.
 
Así lo enfatiza Nora Guzmán, encargada del Área de Calidad de “El Carnicero” (una de las cadenas de carnicería más importantes y tradicionales de Chile), quien destaca la importancia de dar a los clientes y al público en general,” la seguridad de que están pagando por un producto de calidad y con inocuidad garantizada”, lo cual sólo es posible “si se certifica que todos los controles de calidad han sido correctamente aplicados, para que los productos no causen daños a la salud”.
 
Punto de vista con el que concuerda Juan Carlos Domínguez, Presidente de ChileCarne (asociación que reúne a los principales exportadores de carnes blancas del país), quien enfatiza que “la inocuidad es uno de los tres pilares de la seguridad alimentaria, junto con la disponibilidad y el aporte nutricional”.
 
El directivo explica que la inocuidad es trascendental en la producción de carnes de cerdos y aves, “porque la industria porcina y avícola hace más de 30 años puso su foco en las exportaciones, por lo cual se debía cumplir con los estándares más altos de sanidad e inocuidad, para poder exportar a mercados tan exigentes como Europa, Corea del Sur y Japón”.

“Las carnes de cerdos y aves de Chile son reconocidas por su calidad en el mundo, (y porque) todas las empresas productoras y exportadoras elaboran cada producto bajo un modelo único, donde se tiene un estricto control y vigilancia, partiendo por sus proveedores y luego desde la planta de alimentos hasta su comercialización. Durante todo el proceso productivo contamos con 10 programas que van desde la ‘granja hasta la mesa’ y permiten asegurar un 100% de trazabilidad, así como la disponibilidad, para llegar siempre a tiempo con los productos tanto dentro de Chile, como en los mercados externos”, agrega Domínguez.
 
Para el presidente de ChileCarne, este modelo único de producción es una gran ventaja competitiva que le permite a la industria nacional de carnes de cerdo y ave, posicionarse en un lugar de alta competitividad dentro del mercado exportador mundial.

Carnes en supermercado
Los puntos de venta al público, como carnicerías y supermercados, deben extremar las medidas de prevención, para impedir la contaminación cruzada. Foto: FreePik
Cita Nora Guzmán
PRINCIPALES RIESGOS

La principal externalidad negativa de la industria cárnica, radica en que sus productos enfrentan alto riesgo de contaminación, la cual puede tener los siguientes orígenes:
 
Físicos: Presencia de restos de metales, vidrios, insectos u objetos pertenecientes a los manipuladores, entre otras posibilidades.

Químicos: Presencia de alérgenos, exceso de medicamentos, contaminantes medioambientales como dioxinas y residuos de productos de limpieza y desinfección, entre otros peligros.

Biológicos: Microorganismos patógenos que entran en contacto directo con la carne, ya sea en su origen o durante su procesado, transporte y distribución, debido a malas condiciones de higiene, conservación y/o manipulación.
 
Frente a esta gran diversidad de riesgos, Nora Guzmán, recalca que el alto nivel de perecibilidad de los productos cárnicos, exige aplicar “un estricto control de calidad” a lo largo de todo el proceso productivo, desde la crianza de los animales, mediante una alimentación y salud óptimas, hasta su posterior faena en los mataderos.
 
“También es importante -añade-, evitar la contaminación cruzada en el proceso de desposte, envasado y finalmente en su distribución y expendio al detalle en los locales comerciales, asegurando en todo momento la cadena de frío de los productos para su conservación”.
 
Respecto de los riesgos biológicos, que son los más conocidos por la opinión pública, la encargada del área de Calidad de El Carnicero, comenta que los análisis y procedimientos preventivos, “hoy se orientan fundamentalmente a la detección de las bacterias que con mayor frecuencia se asocian a problemas de salud humana, y también a la especie o grupos de especies que pudieran ser utilizadas como indicadoras generales de higiene, o del desempeño de los sistemas de control de procesos”.
 
“Algunas de estas bacterias son Escherichia coli, Campylobacter jejuni, Staphylococcus aureus, Clostridium perfringens, Salmonella SPP, y Listeria monocytogenes, cuya presencia en los productos cárnicos y sus derivados podría causar graves brotes de enfermedades de transmisión alimentaria, ETA, entre la población”, puntualiza Guzmán.
 
A su vez, el presidente de ChileCarne, enfatiza que la preocupación por la inocuidad en la industria cárnica también debe reflejarse en acciones concretas, como la promoción del uso prudente de antibióticos; la vigilancia de dioxinas, furanos y PCB´s; el control de residuos pecuarios y (la realización de) los análisis microbiológicos requeridos para la exportación. “Temas que, como industria, (constantemente) abordamos a través de distintos programas”, asegura.
PREVENCIÓN Y BUENAS PRÁCTICAS

En opinión de los expertos, la estrategia más efectiva y eficiente para garantizar la inocuidad de los productos cárnicos y su derivados (como lácteos y embutidos, entre otros), radica en implementar programas de gestión de calidad y mejora continua, basados en tres sistemas de trabajo específicos y complementarios.
 
1. Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP, por sus siglas en inglés): Se basa en identificar peligros y establecer medidas de control, para prevenir, eliminar o reducir los riesgos y peligros de contaminación física, química y biológica.
 
Esta metodología abarca todas las etapas del proceso de producción, desde la recepción de las materias primas hasta el transporte de los productos finales a los mercados mayoristas y minoristas.
 
2. Sistema de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA): Son todas las acciones programadas, constantes y sistemáticas que se aplican en la producción agropecuaria para evitar o reducir daños ambientales, procurar la adecuada productividad de las actividades agropecuarias y obtener productos inocuos para quienes los consumen.
 
También abarca todas las etapas del proceso de producción cárnico, desde la crianza de los animales en las granjas, hasta la entrega de los alimentos finales en los centros de distribución al consumidor.
 
3. Sistema de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM): Son un conjunto de principios básicos cuyo objetivo es garantizar que los productos cárnicos procesados, se fabriquen en condiciones sanitarias adecuadas, con el objetivo de disminuir los riesgos inherentes a su producción y distribución.
 
Los expertos coinciden en que agricultores, productores y procesadores de carne deben aplicar la metodología HACCP en conjunto con los sistemas BPA y BMP (según corresponda en cada caso), para eliminar o reducir al mínimo el riesgo de contaminación física, química o microbiana.
 
Esto puede incluir desde la implementación de medidas básicas de higiene en la granja y en la planta de procesamiento, hasta la utilización de prácticas de gestión ambiental e implementación de programas de control de calidad industrial, basados en normas internacionales como ISO, orientadas siempre a la mejora continua.
Frigorífico cárnico
Los frigoríficos y plantas procesadoras deben implementar sistemas de análisis de peligros y puntos control, así como también buenas prácticas industriales de gestión e higiene. Foto: FreePik.
Cuña Juan Carlos Domínguez
EVOLUCIÓN INTERNA

Nora Guzmán destaca que en los últimos 30 años, las exigencias sanitarias internacionales obligaron al mercado nacional a modernizarse significativamente.
 
“El Servicio Agrícola y Ganadero, SAG -menciona-, estableció altos estándares de cumplimiento en la normativa sanitaria de mataderos y plantas faenadoras, aparejados en la Ley de La Carne con su Normativa y Procedimiento de Certificación y Tipificación de Calidad de los productos cárnicos (Ley 19162/1992).
 
Esto causó que muchos mataderos pequeños cerraran y que los pocos que se mantuvieran fueron pasando a control directo del SAG, “primero las plantas faenadoras industriales de exportación y luego todas las restantes para consumo nacional”, menciona Guzmán.

“Del mismo modo -agrega-, se comenzaron a instalar Salas de Desposte modernas, con mejor equipamiento y se implementó la tecnología de Envasado al Vacío, que antes solo se observaba en las carnes importadas”.
 
Esta evolución permitió que Chile “haya avanzado mucho en la industria del procesamiento de carnes rojas”, lo que permite que nuestro país tenga un buen nivel de gestión en inocuidad dentro del contexto latinoamericano, aunque “todavía debe mejorar en base a los altos estándares de inocuidad de USA y Europa”.
 
La especialista de “El Carnicero” detalla que los productores de carnes rojas han avanzado significativamente en la incorporación de sistemas de control de calidad basados en las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y el Sistema de Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control (HACCP) implementados por el MINSAL y SAG, lo que se traduce en la modernización de su equipamiento y tecnología.
 
En el ámbito de las carnes blancas, en tanto, Juan Carlos Domínguez asegura que “la industria está constantemente adaptándose a las normativas y requerimientos que se necesiten para mantener los altos estándares de inocuidad con que trabaja”, lo que es indispensable para poder mantener la competitividad internacional y abrir mercados nuevos. “Hoy la industria (de carnes de ave y cerdo), está habilitada para exportar a más de 60 mercados”, asegura.
 
En tal sentido, el presidente de ChileCarne enfatiza que hoy nuestro país “es reconocido en los mercados más exigentes del mundo por contar con una industria de carnes de cerdo y aves que implementa un modelo único de producción, que asegura 100% de trazabilidad y el cumplimento de los más altos estándares de sanidad e inocuidad”.
 
Domínguez agrega que “cada empresa tiene el control de cada uno de los procesos productivos, desde la planta de alimentos, granjas, plantas faenadoras y hasta su comercialización en Chile y el mundo”.
 
Por ende, “el nivel de las empresas chilenas de esta industria es óptimo no solo comparado con otros países de Latinoamérica, sino que a nivel mundial, y eso es reconocido en los países de destino de Asia, en Estados Unidos y en otros países altamente exigentes”, agrega.
Criadero de cerdos
El trabajo de los veterinarios en las granjas es esencial para asegurar el éxito de las Buenas Prácticas Agropecuarias. Foto: FreePik.
DESAFÍOS CONSTANTES

Pese a este buen pie, Nora Guzmán de igual modo enfatiza que la industria de las carnes rojas debe seguir buscando la manera de optimizar su producción y dar valor agregado a sus productos, asegurando altos estándares de inocuidad, así como sinónimo de calidad hacia el consumidor. “Esto implica alcanzar niveles de aseguramiento de calidad alimentaria basados en los estándares internacionales del CODEX, similares a los de USA y Europa”, explica
 
Ello se traduce en asegurar de manera permanente la máxima inocuidad de cada uno de los productos, “contando con altas exigencias de control de cadena de frio en todos nuestros puntos, desde el matadero y frigoríficos, hasta la sala de ventas, además de un equipo de calidad de terreno que monitoree y audite el cumplimiento en cámaras frigoríficas y en vitrinas de venta al público final”, detalla Guzmán.

“El principal desafío que se observa actualmente, es seguir creando normas de control que aseguren la mejor calidad de los productos cárnicos desde su origen, con el objetivo de lograr un estándar mínimo entre todos los proveedores, tanto a nivel nacional e internacional”, agrega.
 
Por su parte, Juan Carlos Domínguez recalca que es necesario robustecer la labor del SAG, dado el aumento de las exportaciones de alimentos de Chile, y en particular para las carnes. “Es necesario entregarle todas las herramientas y recursos para ser un garante de la calidad e inocuidad de los alimentos”, enfatiza.
 
Desafíos que necesariamente están asociados con las nuevas exigencias éticas y ambientales que hoy plantea tanto la legislación, como el nuevo consumidor.


Al respecto, el presidente de ChileCarne, hace hincapié en que hoy “es imposible concebir una industria de alimentos que no cumpla con altos estándares de sustentabilidad, los cuales son exigidos a nivel nacional e internacional”.
 
En su opinión, “la industria de las carnes de cerdo y aves de Chile es sostenible y basa su desarrollo en el concepto de economía circular, pues ha invertido en la adquisición y adaptación de tecnologías de primer nivel que le permiten ir creciendo en producción, pero sin afectar los recursos naturales”.
 
Como ejemplo, destaca que “80% de los purines están bajo sistemas de tratamiento secundario como lo son las plantas de lodos activados y los biodigestores de donde se obtienen biofertilizantes para su uso en la agricultura y (además) se produce biogás para generación de electricidad, calor y vapor”.
 
También pone énfasis en que, en términos de eficiencia hídrica, “la industria de carnes de ave y cerdo reutiliza y recircula más de un 62% del total de agua empleada en sus procesos de producción”, lo cual demuestra su creciente compromiso con una producción sustentable y amigable con el ambiente.
 
Un punto de vista más crítico plantea Nora Guzmán, pues a su juicio los recientes avances tecnológicos implementados por los productores de carnes rojas, no siempre van de la mano con un mayor desarrollo de la sustentabilidad.
 
Esto se debe, en su opinión, al impacto de factores tales como las fluctuaciones en la oferta y demanda de carne; los altos costos de producción (como el alimento para el ganado y los gastos veterinarios); los precios internacionales y las políticas gubernamentales.
 
“Todos estos factores combinados -indica Guzmán- determinan la dinámica del mercado de la carne y su efecto en los consumidores y productores en el país. Si el precio no es favorable desde el punto de vista comercial para la industria, no existirá un real interés en invertir en las tecnologías más modernas y sustentables acordes a los estándares internacionales; por consecuencia, será más difícil seguir avanzando en materias de inocuidad”.

​GALERÍA

Cortes de carne roja
Manipuladora de alimentos
Envasado de carne
Carne de pollo
Juan Carlos Domínguez
Nora Guzmán
Logo Indualimentos
Correo electrónico

Autor

Francisco Javier González Salvo
Periodista y Editor Revista Indualimentos

Francisco Javier González Salvo

​OTROS REPORTAJES

Chile exportador biotecnológico

CHILE BIOEXPORTADOR

Gemelos digitales

GEMELOS DIGITALES

Aroma y sabor de los alimentos

AROMA Y SABOR

MÁS REPORTAJES
0 Comentarios

Exitoso Summit Biofuturo 2025

8/1/2025

0 Comentarios

 
Biotecnología clave para transformación alimentaria
Expertos y representantes del mundo académico y empresarial, provenientes de Estados Unidos, Brasil, Colombia, Nicaragua, Perú, Portugal, El Salvador, España, Mozambique, Uruguay y Chile, analizaron el impacto de las nuevas estrategias diseñadas en la región, para optimizar la economía circular y la innovación sostenible.
Letra E
l mundo moderno enfrenta diversos escenarios de contingencia social, geopolítica, económica y ambiental, cada vez más complejos y desafiantes. Entre ellos, la urgente necesidad de producir alimentos inocuos, seguros, saludables y sostenibles, para una población que crece exponencialmente.
 
Este objetivo no solo exige incrementar al máximo la eficiencia de los sistemas agroalimentarios, en medio de un escenario de incertidumbre geopolítica y de estrés climático, sino también modificar por completo los paradigmas de producción.
 
Esto implica, por ejemplo, ejecutar acciones concretas tales como racionalizar el uso de los recursos naturales, eliminar las prácticas de cultivo intensivo para recuperar la fertilidad de los suelos, garantizar la inocuidad y seguridad de la cadena alimentaria mundial y, al mismo tiempo, redoblar el cuidado de los ecosistemas, reducir la huella de carbono de las actividades agroindustriales, maximizar la circularidad productiva y acabar con el insano desperdicio de productos frescos, entre otras acciones urgentes.
 
Un esfuerzo monumental y hercúleo, que desde el punto de vista de los expertos, solo puede abordarse con reales perspectivas de éxito si impulsa un profundo desarrollo científico y biotecnológico que permita la transformación de los actuales sistemas de producción y reutilización de los alimentos.

DE VALPARAÍSO PARA EL MUNDO
 
Este contexto desafiante, ha permitido que diversas entidades académicas, tanto de Chile como del extranjero, adopten posiciones de liderazgo y organicen valiosos espacios de análisis científico y académico, donde no solo se presentan exitosos ejemplos de esta evolución biotecnológica, sino también se modelan algunas de las estrategias que pueden ayudar a la industria agroalimentaria a ser más eficiente, segura, inocua y sostenible.
 
Uno de los ejemplos más recientes de esta exitosa vinculación entre academia y entorno productivo, fue el exitoso “Summit Biofuturo 2025”, encuentro internacional que impulsa la economía circular y la innovación sostenible en Iberoamérica, organizado en conjunto por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el Núcleo Biotecnología Curauma (NBC) de la PUCV, la Red Biofuturo de CYTED, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y la Red de Innovación e Impacto, AIDIS, con el apoyo y cofinanciamiento de CORFO, a través del instrumento Viraliza Eventos.
 
Durante las tres jornadas de exposiciones, networking y visitas a terreno, se presentaron diversas iniciativas implementadas tanto por entidades académicas, como por startups y grandes empresas, entre las que destacan, por ejemplo:
 
● Nuevas técnicas para valorizar los residuos orgánicos.
● Tecnologías emergentes para el desarrollo de biorrefinerías sostenibles.
● Estrategias de gestión de residuos en la agroindustria.
● Uso de herramientas de estudio como los Análisis de Ciclo de Vida (LCA) para impulsar procesos más limpios y eficientes.
 
Según explicó Rolando Chamy, director del Núcleo Biotecnología Curauma de la PUCV, Biofuturo “permite acercar a los empresarios, a la comunidad científica y a los académicos al nuevo concepto de la bioeconomía, para evolucionar en conjunto de una economía fundamentalmente basada en los combustibles fósiles, a una basada en la naturaleza”.
 
“Desde sus inicios en el NBC, hemos trabajado con valorización de residuos, bioprocesos y economía circular. Además, hemos sido pioneros en temas como mitigación de cambio climático, economía circular y proyectos con impacto social”, agregó Chamy.
 
Puntos de vista con los que concuerda el rector de la PUCV, Nelson Vásquez, quien destacó durante la jornada inaugural del Summit Biofuturo que esta cada de estudios “tiene una gran responsabilidad con su región”.
 
“El networking, las redes, la colaboración con la industria, el desarrollo de un ecosistema de innovación y emprendimiento son muy importantes para ir avanzando en complejidad y desarrollar investigación aplicada. Por ello, hacemos constantes esfuerzos para establecer redes internacionales que nos permitan conocer proyectos y otras formas de abordar los temas, así como establecer una relación estrecha con la industria. Todo ello es fundamental para colaborar en el desarrollo de nuestra región, por lo que seguiremos apoyando el trabajo del NBC”, puntualizó el directivo.
 
Por su parte, Macarena Rosenkranz, directora de Innovación de la PUCV, manifestó que este encuentro está en línea con los objetivos estratégicos institucionales de la Universidad, respecto de impulsar la innovación y la internacionalización de la investigación.
 
“Poder compartir las experiencias con estos invitados internacionales nos permite visibilizar cuáles son las tendencias en el mundo y, por supuesto, la bioeconomía es uno de esos temas. A través del trabajo del NBC, queremos contribuir a la economía circular e impactar en temáticas globales”, agregó la académica
 
Macarena Rosenkranz también enfatizó la necesidad de fortalecer la colaboración entre academia, desarrolladores de biotecnologías y actores gubernamentales, para implementar una economía realmente circular, pues sin el apoyo de investigadores, especialistas, legislaciones apropiadas o, incluso, incentivos fiscales, todo esto es muy difícil de implementar”, indicó.

EXITOSAS EXPERIENCIAS INTERNACIONALES
 
El Summit Biofuturo incluyó conferencias magistrales, paneles de conversación, sesiones de networking y espacios de vinculación, donde académicos, expertos, empresarios y representantes del sector público de Estados Unidos, Brasil, Colombia, Nicaragua, Perú, Portugal, El Salvador, España, Mozambique, Uruguay y Chile, expusieron múltiples casos de éxito en los que la biotecnología ha permitido reinventar los actuales paradigmas de producción, abriendo nuevos y esperanzadores caminos para el desarrollo de una industria más eficiente, sostenible y circular.
 
La jornada comenzó con la presentación de María Eugenia Suárez, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y coordinadora de la red CYTED Biofuturo, quien realizó una conferencia sobre las nuevas alternativas biotecnológicas para Generar Carboxilatos Sostenibles que ayuden en la reutilización de residuos.
 
Durante su exposición, la Dra. Suárez enfatizó que en el escenario actual, el propio concepto de residuos es anacrónico, “pues para impulsar un real cambio de paradigmas, debemos dejar atrás la noción de que buscamos tratar y gestionar residuos, y tomar conciencia de que en una verdadera economía circular, el objetivo clave es reutilizar recursos no aprovechados, para generar otros recursos, como energías limpias, insumos, materias primas y alimentos, entre otros”.
 
Otras conferencias magistrales destacadas fueron:
 
● “Potencial de los microorganismos fototróficos para el tratamiento de aguas y generación de bioproductos: de las microalgas a las bacterias púrpuras”, a cargo del Doctor Germán Buitrón, director de la unidad Juriquilla del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
● “Desafíos y oportunidades de la valorización de residuos y la bioeconomía en África, desde la experiencia en el Centro Nacional de Biotecnología y Biociencias”, a cargo de Valter Nuaila, director adjunto del Centro Nacional de Biotecnología y Biociencias, MCTES, de Mozambique.
 
El encuentro también permitió realizar destacados conversatorios con la participación de líderes del entorno académico, privado y público de Chile e Iberoamérica.
 
Estas instancias fueron las siguientes:
 
● Análisis del ciclo de vida y la economía circular como herramientas para la gestión eficiente de recursos oriundos del tratamiento de residuos y aguas residuales, que contó con la participación de Juan Martin Koutoudjian, ex director Nacional de Agua Potable y Saneamiento del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de Argentina; Ana Passuello, Profesora de la Universidad Federal de Río Grande do Sur, Brasil; Henry Lambis, Profesor-Investigador en Ingeniería de Procesos en la Fundación Universitaria del Instituto Tecnológico Comfenalco Cartagena, de Colombia; Verónica Baquedano, Secretaria Regional de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Chile.
 
● Bioeconomía: La economía del Futuro, que tuvo como exponentes a Silvia Aguilera, Coordinadora de Asistencia Técnica en el Centro de Producción más
Limpia, Nicaragua; Ernesto Samayoa, Director del Centro de Operaciones para
Latinoamérica del Global Tander, USA; Álvaro Verdejo, Secretario Ejecutivo del Comité de Empresas Bahía Quintero Puchuncaví de ASIVA, de Chile; y Pablo Kroff, Asesor de Negocios en Innspiral, de Chile.
 
● Sinergias Biotecnológicas para la Economía Circular: Tratamiento de aguas, valorización de recursos y biorrefinería anaeróbica, que contó con las ponencias de Orlando Salgado, Gerente de Depuración en Aguas Andinas, de Chile; Carlos Silvestri, Presidente de ExpoAgua Perú Internacional; y la Dra. Jorgelina Pasqualino, profesora de la Universidad Tecnológica de Bolívar, Colombia.
 
● Innovación académica y biotecnología aplicada: Impulsando la Economía Circular desde la biorrefinería, con la participación del Dr. Cassamo Jr. Mussagui, Profesor del Laboratorio de Desarrollo de Bioprocesos Sostenibles de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Lucilia Ribeiro, Investigadora posdoctoral del departamento de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de la Universidad do Porto, Portugal; y el Dr. Lucas Tadeu, profesor del departamento de Hidráulica y Saneamiento de la Escuela de Ingeniería de São Carlos, Universidad de São Paulo, Brasil.
 
Las jornadas de trabajo continuaron el jueves 24 de julio con una intensa ronda de networking y debate sobre los principales ejes de desarrollo de la economía circular en Chile, especialmente la generación de productos de valor agregado desde residuos, para un futuro sostenible, en el que también participó el editor de Revista Indualimentos.
 
Finalmente, los asistentes al Summit Biofuturo, tuvieron la oportunidad de participar en cuatro clases maestras, dictadas en dependencias del NBC. Estas fueron:
 
● LCA y gestión de residuos orgánicos tipo purines, en la agroindustria, dictada por la Dra. Sara González, profesora titular de la Universidad Santiago de Compostela, España.
 
● Metagenómica aplicada a la valorización de residuos, a cargo de la Dra. Claudia Etchebehere, del Instituto Clemente Estable, de Uruguay
 
● Bioeconomía y Economía Circular: Transformando residuos agrícolas en oportunidades, dictada por Dra. Débora Nabarlatz, Profesora titular de la Escuela de Ingeniería Química de la Universidad Industrial de Santander, Colombia.
 
● Agroindustria eficiente, con énfasis en gestión energética, a cargo del Dr. Cristián Cárdenas, subdirector del Centro de Capacitación y Evaluación Industrial, del departamento de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial, de la Universidad de Florida, USA.

0 Comentarios

Food Upcycling

7/18/2025

0 Comentarios

 
Valor del food upcycling
Gracias al esfuerzo y visión estratégica de una entusiasta generación de emprendedores, hoy coordinados en Chile por académicos y profesionales especialistas, gran cantidad de desechos y descartes provenientes de diferentes sectores de la industria, podrán reutilizarse como materias primas para elaborar productos saludables y nutritivos, que también reforzarán el compromiso de potenciar la circularidad y sustentabilidad de la cadena alimentaria.
Letra S
 i bien incrementar la producción alimentaria global, es hoy una necesidad cada vez más apremiante, debido al aumento exponencial de la población, la humanidad se enfrenta en forma simultánea a un escenario particularmente complejo e incomprensible, que solo podría definirse como la “dicotomía del absurdo”.
 
Esto, porque mientras las empresas se esfuerzan al máximo (aplicando nuevas estrategias y tecnologías), para optimizar la producción de alimentos y bebidas (tanto desde el punto de vista comercial como ambiental); la sociedad en su conjunto, literalmente, arroja cada vez más y más cantidad de estos productos a la basura, incluso cuanto todavía están aptos para su consumo.
 
Y aunque tal contradicción parece una broma cruel y de mal gusto, la cruda realidad demuestra que mientras más alimentos se producen, mayor cantidad de ellos se desperdician, en ferias libres, líneas de envasado, cadenas logísticas, establecimientos Horeca e, incluso, en los propios hogares.
 
De hecho, según reportes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, FAO, más de un 40% de los alimentos producidos para el consumo humano, se pierden o desperdician en todo el mundo.
 
Esto implica que, cada año, más de 2.500 millones de toneladas de frutas, verduras, carnes y otros productos perecibles y no perecibles, valorizados en billones de dólares, van a parar a la basura.
 
Una cantidad escalofriante y escandalosamente significativa, que si fuese bien aprovechada, podría contribuir, por ejemplo, a eliminar en forma definitiva flagelos omnipresentes, como el hambre mundial y la desnutrición infantil, entre muchos otros.
 
Chile no es ajeno a este drama, pues según recientes estudios, más de 3.700 millones de kilógramos de alimentos frescos se desperdician cada año, cifra que equivale, por ejemplo, a 4.000 canchas de fútbol repletas de comida.
 
Todo ello, a pesar de que en la actualidad, casi un millón de compatriotas no cuenta con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación.
 
En otras palabras, si existiera real conciencia y esos alimentos desechados fuesen distribuidos entre esa población necesitada, ningún habitante de nuestro país pasaría hambre. Sin embargo, la sociedad hacer la vista gorda y tirar “lo que sobra” en el packaging, en las ferias, en los restaurantes o en las cocinas, prolongando eternamente la “dicotomía del absurdo”.

Alimentos a base de residuos reciclados
Cada vez con más frecuencia surgen, en Chile y el mundo, startups que revalorizan residuos de la industria agroalimentaria, lo que permite fortalecer la seguridad y sostenibilidad de la nutrición. Foto: FreePik.
EL DESPERTAR DE LOS EMPRENDEDORES
 
Si bien se trata de un problema de muy larga data, el creciente valor que las nuevas generaciones otorgan a principios claves como sustentabilidad y ética social, exige que tanto empresas, como distribuidores y consumidores den pasos coherentes y firmes para poner punto final a esta inaceptable contingencia.
 
Por ello, no resulta sorprendente que un número cada vez mayor de emprendedores y startups, tanto en Chile como en el extranjero, estén implementando acciones concretas para acabar o al menos reducir el desperdicio de alimentos, y contribuir de este modo a la nutrición de la población y a la conservación del medio ambiente.
 
Una de las tendencias más innovadoras y sorprendentes en este sentido, es el food upcycling (o supra reciclado de alimentos), iniciativa que consiste en transformar residuos, descartes o alimentos “de mal aspecto” que generalmente se consideran como “desperdicio” (como cáscaras, recortes, pulpas o frutos descartados desde un packaging o una góndola de supermercado, por ejemplo), en nuevas preparaciones, bebidas o ingredientes de alta calidad nutritiva.
 
De este modo, en lugar de desechar los alimentos o residuos que ya no se consideran “aptos” para la venta o el consumo, se les da una segunda vida. Con ello, no solo se reduce el desperdicio de alimentos, sino que también se fomenta el conocimiento y la creatividad tanto de la sociedad, como de un amplio ecosistema de foodtech, capaces de revalorizar, mediante la ciencia, la tecnología y el I+D+i, elementos que pueden convertirse en materias primas de muy alto valor nutritivo.

PRECISIONES TÉCNICAS

A diferencia del reciclaje tradicional, el food upcycling, se enfoca específicamente en la transformación de productos alimentarios que ya no son aptos para la venta o el consumo. De este modo se reduce el desperdicio de alimentos, se aprovechan al máximo los recursos disponibles, disminuye la huella de carbono de las empresas alimentarias, se obtienen nuevas fuentes de proteínas alternativas, y se educa a un sector importante de la población
 
Esto permite, por ejemplo, convertir las sobras de pan en croquetas, hasta utilizar las hojas de zanahoria para elaborar pesto, transformar los recortes de salmón en snacks o elaborar pulpas y jugos con cáscaras de frutas, entre muchas otras posibilidades.
 
Según explican los expertos, el concepto de food upcycling abarca las siguientes áreas temáticas:
 
Reutilización de subproductos: En la producción de alimentos, a menudo se generan subproductos que tradicionalmente se consideran residuos. Por ejemplo, la pulpa sobrante de la producción de jugo puede utilizarse para hacer snacks saludables, o bien los ingredientes no utilizados de panadería y los recortes de salmón se pueden reorientar a la fabricación de alimentos para mascotas.
 
Transformación de alimentos imperfectos: A menudo, muchas frutas y verduras que no cumplen los estándares estéticos de packaging y supermercados se descartan. Los emprendimientos de food upcycling, en cambio, los utilizan para crear nuevos productos, como mermeladas, sopas, o jugos.
 
Desarrollos innovadores: Mediante iniciativas I+D+i, se pueden crear productos completamente nuevos, utilizando ingredientes que de otro modo se habrían desechado, como por ejemplo, alimentos fermentados, deshidratados, o transformados, para prolongar su vida útil y mejorar su valor nutricional o gastronómico.
 
Educación y conciencia: El food upcycling también implica educar al público sobre cómo reducir el desperdicio de alimentos en el hogar. Esto puede incluir recetas y técnicas para utilizar sobras o alimentos que están cerca de su fecha de caducidad. Por ejemplo, utilizar las leches que ya han vencido, para elaborar quesillos o bebidas de kéfir hogareños.
 
Trabajar a partir de estas bases técnicas, permite obtener beneficios que abarcan desde mejoras ambientales hasta ventajas económicas y sociales. Algunos de estos son los siguientes:
 
● Minimización de residuos
● Conservación de recursos
● Reducción de la contaminación
● Estímulo a la innovación
● Generación de oportunidades económicas
● Reducción de costos de producción
● Mejora de la imagen de marca
● Más educación y conciencia ambiental
EJE DE LA ECONOMÍA CIRCULAR
 
Todas estas características permiten que el food upcycling juegue un papel crucial en la economía circular, estrategia básica para reducir el desperdicio de alimentos y la huella de carbono, dos de los problemas más apremiantes que hoy aquejan a la industria agroalimentaria y que la estigmatizan ante los ojos del consumidor final.
 
De hecho, su aparición marcó un hito trascendental, pues más allá de los slogans o las campañas publicitarias, el resultado o producto final de estas iniciativas brinda mayor valor agregado, tanto en términos de sustentabilidad, como de uso eficiente de recursos y aporte a la seguridad alimentaria global.

Algunos de los ejemplos de food upcycling más innovadores y sorprendentes incluyen el uso de pulpa de frutas y verduras para elaborar batidos proteicos; la transformación de los residuos de café en harina para postres; o la utilización de hojas y ramas de alcachofa para elaborar caldos y salsas.
 
Actualmente, la Asociación de Upcycling Alimentario ha certificado más de 200 ingredientes “de descarte” como potencialmente reciclables, muchos de los cuales tienen aplicaciones en alimentos y golosinas saludables, tanto para humanos como para mascotas.
 
Algunos ejemplos prácticos, son los siguientes:
 
● Papas y otros tipos de tubérculos “poco agradables estéticamente”, que provengan de granjas locales convencionales u orgánicas.
● Extremos y piezas de carnes, pescados y mariscos que no se han vendido en el supermercado.
● Frutas que, al igual que los tubérculos, llegan a las góndolas magulladas o con formas que no las hacen elegibles por los consumidores.
● Proteínas alternativas como el grillo y la espirulina.
● Cebada gastada de cervecerías locales.
● Cáscaras de huevo.
● Recortes de salmón fresco.
● Subproductos de la elaboración de papas fritas o almidón.
● Restos de harinas, levaduras y migajas de la industria panificadora.
Niño desnutrido ONU
Reducir el desperdicio alimentario, tan solo en la mitad de lo que hoy inconscientemente se arroja a la basura, acabaría con el hambre y la desnutrición infantil en todo el mundo. Foto: ONU
IMPACTO Y RELEVANCIA MUNDIAL
 
Todas estas variables positivas han permitido que el food upcycling se haya transformado en una atractiva oportunidad de negocios para muchas empresas de todo el mundo.

De hecho, según reportes de la consultora 
Global Information, el mercado de alimentos elaborados mediante procesos de upcycling se valora actualmente en USD 55.000 millones, y se espera que crezca a una tasa global compuesta anual (CAGR) de 6.2% entre 2023 y 2029. Es decir, antes de que finalice la presente década podría superar los USD 80.000 lo que implica retornos extremadamente generosos para quienes decidan invertir en este campo.

Esto ha incentivado la consolidación de múltiples proyectos en todo el mundo, que contribuyen a impulsar los objetivos de sostenibilidad y producción eficiente. A nivel internacional, algunos de los más conocidos son los siguientes:
 
Outcast Food (Canadá): Transforma productos alimenticios imperfectos en polvos nutricionales de alta calidad. Su portafolio incluye polvos nutricionales a base de plantas, para una gran variedad de aplicaciones, desde productos con propiedades funcionales hasta alimentos para mascotas.
 
Kern Tec (Austria): Rescata y transforma los huesos y semillas de frutas, como duraznos, cerezas y ciruelas, en ingredientes sostenibles. Se especializan en la producción de alternativas lácteas plant based y en la industria de pastelería y confitería (rellenos para pasteles, barras nutritivas y snacks).
 
Wasatch Resource Recovery (USA): A través de la digestión anaeróbica transforma residuos orgánicos, incluidos los desperdicios de alimentos, en recursos sostenibles como biogás y fertilizantes.
 
Nestlé (Suiza): Esta gran multinacional recientemente comenzó a adoptar prácticas de upcycling, reutilizando pulpa de cacao para endulzar sus chocolates. También ha estado involucrada en el desarrollo de envases sostenibles, utilizando materiales reciclados y reciclables.

Aqua Botanical (Australia): Crea agua potable a partir del agua utilizada en la producción de concentrado de jugo de frutas y verduras, lo que representa una solución única y de alto valor ambiental para el aprovechamiento de subproductos.
 
En Chile, en tanto, también se ha potenciado significativamente un extenso ecosistema de foodtech dedicadas a diversas iniciativas upcycling, dentro de las cuales destacan las siguientes:

The Imperfect Project: Transforma frutas y verduras “imperfectas” en snacks plant-based dulces y salados de larga vida, que también se comercializan en envases reciclables.
 
Cáscara Foods: Rescata subproductos agroindustriales y de empresas que elaboran jugos para transformarlos en suplementos, snacks y alimentos con propiedades funcionales.
 
Williwaw Foods: Revaloriza la piel de salmón descartada en la industria para preparar snacks liofilizados crujientes y saludables.

InnovaGreen: Recicla frutas descartadas para convertirlas, a través de un proceso biotecnológico, en alimentos y/o ingredientes de propiedades funcionales, altos en fibra dietética, prebióticos, antioxidantes y fitoesteroles.
 
Másmar: Iniciativa que reúne a diversos micro emprendedores orientados a rescatar subproductos y bioproductos marinos para elaborar nuevos alimentos tales como snacks, mousse y sopa de ostión; postre de algas marinas; nuggets de jurel; paté y salsa de camarón; aceite de jibia omega3; paté de machas; y sazonadores de camarón y langostino.

ESFUERZOS MANCOMUNADOS
 
Si bien todos estos emprendimientos representan pasos importantes para impulsar el suprarreciclaje y combatir el desperdicio, aún se requiere implementar una estrategia eficiente a nivel país, sobre la base de una sólida alianza de todos los sectores involucrados, incluyendo empresas privadas, asociaciones gremiales, instituciones públicas y academia.
 
Un primer paso en tal sentido, se concretó recientemente con la firma de un trascendental compromiso intersectorial, cuyo objetivo es trazar los parámetros técnicos y comerciales exactos para implementar un “Sello Upcycling” en nuestro país.
Foto
Esta iniciativa, impulsada por un equipo científico y docente de la escuela de Nutrición y Dietética de la Escuela de Medicina de la Universidad del Desarrollo, UDD, permitiría que, en el corto plazo, la producción de alimentos elaborados a base de descartes o residuos, pueda ser certificada en su origen.
 
Ello se traduciría en garantía real no de que los procesos utilizados para producir estos nuevos alimentos y bebidas, se ciñen a parámetros establecidos de inocuidad y calidad, lo cual se traduciría en un impulso importante para captar una mayor atención de los propios consumidores, quienes hoy desconocen las ventajas nutritivas y medioambientales de estos nuevos productos.
 
De este modo, se revalorizará y reutilizará una mayor cantidad de insumos, materias primas y productos de alto valor nutritivo, que hoy se pierden irremediablemente, tanto a nivel de la agroindustria, como de establecimientos Horeca y los propios hogares, a pesar de que aún son aptos para el consumo humano.
 
Según explicó la ingeniera en alimentos, directora del proyecto, docente de la UDD y directora de CIACh, Alejandra Domper, esta iniciativa “nació como un trabajo académico de investigación y formación pedagógica, que poco a poco evolucionó hacia un plan nacional específicamente orientado a desarrollar instrumentos que incentiven y potencien, a largo plazo, la instauración de una cultura de suprarreciclaje alimentario”.
 
Gracias a esta iniciativa, que incluye extensas investigaciones de factibilidad, estudios en terreno, evaluaciones de mercado e intensas reuniones con los principales gremios del sector y empresas de todos los rubros, entre otras acciones, se estima que a fines de 2026, el mercado nacional podría contar ya con el nuevo “Sello de alimentos Suprarreciclados” (Upcycling Food).
 
“Dicha certificación, cuyos requisitos están actualmente en estudio, permitiría brindar al público consumidor la seguridad de que estos alimentos upcycled se fabrican a partir de materias primas e insumos revalorizados de alta calidad y que además son saludables, inocuos y de gran valor nutritivo”, enfatizó Alejandra Domper, durante la presentación técnica del proyecto, realizada en la sede FAO, en Santiago.

De manera simultánea, se espera poner en marcha una intensa campaña de educación y concientización, para que los consumidores conozcan las ventajas del upcycling y se sumen como participantes activos del esfuerzo para derrotar en forma definitiva, al insensato desperdicio alimentario.

​GALERÍA

Descartes alimentarios
Reaprovechamiento de cáscaras
Mercado upcycling food
Compromiso multisectorial por upcycling food.
Alejandra Domper en presentación FAO
Alejandra Domper
Logo Indualimentos
Correo electrónico

Autor

Francisco Javier González Salvo
Periodista y Editor Revista Indualimentos

Francisco Javier González Salvo

OTROS REPORTAJES

Contaminación por microplásticos

MICROPLÁSTICOS

Proteínas lácteas

​PROTEÍNAS LÁCTEAS

Desafíos de la inocuidad alimentaria

DESAFIANTE INOCUIDAD

MÁS REPORTAJES
0 Comentarios

Contaminación por Micro y Nanoplásticos

7/18/2025

0 Comentarios

 
Contaminación por microplásticos
La presencia de miles de polímeros microscópicos en muestras de agua embotellada, descubierta hace un tiempo por investigadores estadounidenses, volvió a encender las alarmas sobre el enorme riesgo que implica esta “contaminación invisible” para la salud de la población en todo el mundo.
Letra D
urante más de medio siglo el plástico fue un baluarte para la industria y la economía, en la medida que facilitaba procesos y tareas, especialmente en materia de preservación y envasado de alimentos.

Sin embargo, con el paso de los años esta favorable condición dio paso a un escenario opuesto y extremadamente negativo, a medida que los desechos provenientes de este material (especialmente los de un solo uso), comenzaron a acumularse de manera descontrolada, contaminando múltiples ecosistemas terrestres y acuáticos de todo el mundo.
 
Las cifras de esta contaminación son elocuentes, pues según un reporte de la Organización para La Cooperación y Desarrollo Económicos, OCDE, la producción mundial de plástico se duplicó en los últimos 20 años, ascendiendo actualmente a más de 460 millones de toneladas anuales.

Consecuentemente, la generación global de residuos plásticos también se duplicó en las últimas dos décadas, superando los 360 millones de toneladas anuales. Casi dos tercios de estos residuos provienen de plásticos con vida útil inferior a cinco años, de los cuales 40% corresponde a envases.
 
El mismo estudio de OCDE establece que solo 9% de los residuos plásticos se recicla, mientras que 19% se incinera, 50% se usa como relleno sanitario y 22% termina en rellenos sanitarios no controlados, se quema en fosas abiertas, o acaba en entornos terrestres o acuáticos, especialmente en los países más pobres.
 
Peor aún, los expertos de OCDE estiman que en la actualidad hay más de 30 Millones de toneladas (Mt) de residuos plásticos en los mares y océanos, y que otros 109 Mt se han acumulado en los ríos, lo cual implica que las filtraciones contaminantes hacia los océanos continuarán durante décadas, aun cuando se optimicen los sistemas de reciclaje y se reduzcan significativamente los residuos plásticos mal gestionados.
 
Si bien existe plena conciencia del desastroso impacto que esta ominosa contaminación tiene en el medio ambiente, el problema parece alcanzar proporciones cada vez más alarmantes y complejas para la salud humana.

Así lo confirma un estudio publicado a principios de 2024 por investigadores de las universidades de Columbia y Rutgers, Estados Unidos, quienes descubrieron la presencia de miles de diminutas partículas de este material, en diversas muestras de agua embotellada.
 
En concreto, los investigadores descubrieron que el agua embotellada comercializada en las tiendas, puede contener hasta 240.000 partículas de microplásticos y nanoplásticos, diminutos e invisibles, lo que representa hasta 100 veces más de lo que se estimaba anteriormente.
 
En otras palabras, el plástico ya no solo destruye ecosistemas y atenta contra la vida salvaje, sino que también constituye un riesgo cada vez más patente para la seguridad alimentaria y la salud de las personas.
 
Una advertencia que ya había planteado la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, FAO, en un informe publicado en 2017 donde advertía que, debido a su tamaño, “los nanoplásticos pueden incorporarse fácilmente en los diferentes eslabones de las redes tróficas alimentarias, hecho que genera preocupación, en vista de que causan efectos adversos en la salud humana”.

El mismo informe establecía que, ya en esa fecha, los nanoplásticos habían sido identificados en diferentes tipos de alimentos de amplio consumo humano, como la sal marina, pescado, crustáceos, cerveza y el agua embotellada, entre otros. 


Foto
Los micro y nanoplásticos han invadido todos los ecosistemas del planeta, y hoy ya pueden encontrarse incluso dentro de los envases de agua embotellada. Foto: FreePik.
¿QUÉ SON LOS NANOPLÁSTICOS?

Desde el punto de vista técnico, los plásticos son compuestos sintéticos complejos y heterogéneos que se originan a partir de combustibles fósiles. Se componen de una estructura polimérica basada en el carbono, a la cual se le agregan una serie de sustancias químicas adicionales durante la producción, para conferirles ciertas características específicas.
 
En la actualidad, el mayor peligro detectado por científicos e investigadores son los micro/nano plásticos (MNP), que corresponden a diminutas partículas de plástico de menos de 5 milímetros de tamaño.
 
Según explica un informe publicado por el Instituto de Salud Global de Barcelona, los MNP se pueden clasificar en dos categorías principales, de acuerdo con su origen:
 
MNP primarios: Son partículas de plástico fabricadas específicamente para ser pequeñas, como las microperlas utilizadas en productos de cuidado personal (como cremas exfoliantes y pastas dentales, por ejemplo). También se emplean en procesos industriales abrasivos, o como materia prima para producir otros plásticos.
 
MNP secundarios: Se forman como resultado de la degradación de artículos de plástico de mayor tamaño arrojados al medio ambiente, como bolsas, botellas y redes de pesca, entre otros. Estos elementos de mayor tamaño pueden descomponerse con el tiempo, debido a procesos físicos, químicos o biológicos, como la exposición a la luz solar o a la fuerza mecánica ejercida por las olas del mar.


PELIGROS PARA LA SALUD HUMANA
 
Esta fragmentación en el medio ambiente puede ser constante y permanente, lo que permite la formación de partículas cada vez más microscópicas, y que pueden medir desde 5 mm (microplásticos) hasta menos de 1 micra, es decir menos de mil millonésimas de metro (nanoplásticos).
 
Además, este tamaño microscópico les a dichas partículas confiere gran movilidad, por lo que ya pueden encontrarse en los rincones más remotos de la Tierra, desde las más altas cumbres del Himalaya, hasta los glaciares de la Antártica y las profundidades del océano.
 
Esto permite, asimismo, que puedan ser absorbidos o ingeridos por la mayoría de los organismos vivos, desde seres unicelulares hasta grandes criaturas marinas. Ello se traduce en que, de uno u otro modo, formen parte de la cadena alimentaria global, extendiendo su presencia hasta el mismo organismo humano.
 
Esta progresiva y creciente acumulación en el medio ambiente, y sus posibles efectos sobre la salud de las personas, concita gran preocupación medioambiental, siendo incluso calificada como una crisis de salud pública mundial.
 
De hecho los académicos y expertos aseguran que estas minúsculas partículas de MNP pueden invadir fácilmente células y tejidos individuales en órganos importantes, “interrumpiendo potencialmente procesos celulares y depositando en el cuerpo sustancias químicas que alteran el sistema endocrino, como bisfenoles, ftalatos, retardantes de llama, sustancias perfluoradas y polifluoradas (PFAS), y metales pesados”, como afirma el reporte del Instituto de Salud Global de Barcelona.
 
Conclusión que comparten los autores de la investigación publicada a comienzos de año por las universidades de Columbia y Rutgers, quienes afirman que “estas sustancias químicas pueden llegar al hígado, al riñón y al cerebro, e incluso atravesar el límite placentario y terminar en el feto”.
 
“En estudios con ratones preñados, los investigadores han encontrado químicos plásticos en el cerebro, corazón, hígado, riñón y pulmones del bebé en desarrollo, 24 horas después de que la madre embarazada ingirió o respiró partículas de plástico”, afirma la coautora de este estudio, Phoebe Stapleton, profesora asociada de farmacología y toxicología de la Facultad de Farmacia Ernest Mario, de la Universidad de Rutgers en Piscataway, Nueva Jersey.
 
“En este momento ya se han encontrado micro y nanoplásticos en la placenta humana”, agrega Stapleton, y también “se han encontrado en tejidos pulmonares humanos, en heces humanas y en la sangre humana”.
Cita Phoebe Stapleton Rutgers University
Riesgos que se suman a la posibilidad de que los propios polímeros con que se fabrican los MNP también dañen el cuerpo. “La nueva frontera en plásticos es comprender los polímeros, la parte plástica del plástico. Nuestra capacidad para comprender el impacto potencial de los polímeros en la salud humana ha sido muy limitada, porque no hemos podido detectar hasta ese nivel. Ahora, con este nuevo enfoque, podremos empezar a hacerlo”, explicó recientemente al medio CNN, Sherri “Sam” Mason, directora de sostenibilidad de Penn State Behrend en Erie, Pennsylvania.

ACCIONES DECIDIDAS E INMEDIATAS

Si bien los científicos e investigadores a nivel mundial coinciden que aún se requieren más estudios para determinar el real impacto de la ingesta de MNP para la salud humana, también enfatizan que se trata de un problema que requiere acciones urgentes y decididas para reducir el enorme riesgo que implica para la seguridad alimentaria a nivel mundial.
 
Esto implica reforzar la conciencia de las personas, para que incrementen su contribución tanto al reciclaje como a la reducción en el consumo de plásticos, especialmente de un solo uso, así como reforzar los llamados a empresas y organismos gubernamentales, que son las entidades con mayor influencia, para que adopten estrategias y acciones que resuelvan de manera eficiente la actual contingencia.
 
Un ejemplo concreto sería fomentar más acciones I+D+i tanto a nivel de emprendedores, como de grandes compañías, para desarrollar una nueva generación de envases compostables, biodegradables e incluso digeribles (como ya existen), que eliminen de raíz los polímeros contaminantes y no se conviertan en nuevo foco de contaminación o de peligro para la salud de los consumidores.
 
Al respecto, el ingeniero industrial Eduardo Requena, diplomado en la Pontificia Universidad Católica de Chile en administración de operaciones, y gerente comercial de la empresa Drug Plastics Arcadia, expuso, durante la última versión del Simposio de Bioplástico en Santiago, los avances sostenidos en la fabricación en Chile de envases de plástico biodegradable de grado farmacéutico, abordando la importancia “de promover estos desarrollos de una manera práctica, para que sean factibles en escenarios reales de la industria local, con la maquinaria y tecnología disponible en la región, para garantizar que no se queden solo como investigaciones”.
Cita Eduardo Requena Biopolímeros
En dicha oportunidad Requena también resaltó la importancia de adoptar material eco amigable en los procesos productivos de las empresas y enfatizó que “el bioplástico resultó ser una alternativa viable y prometedora, ya que se deriva de fuentes renovables, como el maíz o la caña de azúcar, en contraposición a los plásticos tradicionales que se obtienen del petróleo”.

En su opinión, esto no solo reduce la dependencia de los recursos fósiles, sino que también disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de plásticos convencionales, las que actualmente llegan a 3,4% y según todas las estimaciones de OCDE pueden aumentar a más de 6% en 2060, si no se adoptan medidas tendientes a reducir la dependencia industrial del plástico convencional.
 
Al respecto Requena planteó la urgente necesidad de mantener altos estándares de calidad en los productos fabricados con bioplástico, argumentando que “es muy importante la investigación y el desarrollo continuo, para garantizar que estos materiales eco amigables cumplan los requisitos técnicos y de desempeño necesarios en diversos sectores industriales”.
 
En tal sentido, concluyó que “es muy relevante la innovación en procesos de producción, con el fin de optimizar la eficiencia y reducir los costos asociados”.

Pasos concretos que ayudarían a mitigar y contrarrestar, la maldición resultante del auge de la “Era del Plástico”.

​GALERÍA

Basura plástica
Contaminación microplástica
Emisiones de plásticos
Botellas compostables
Phoebe Stapleton
Eduardo Requena
Logo Indualimentos
Correo electrónico

Autor

Redacción Indualimentos
Con aportes de Agencias Internacionales

Firma genérica Indualimentos

​OTROS REPORTAJES

Upcycling Food

UPCYCLING FOOD

Proteínas lácteas

PROTEÍNAS LÁCTEAS

Desafíos inocuidad alimentaria

DESAFIANTE INCOUIDAD

MÁS REPORTAJES
0 Comentarios
<<Previous

    Archivos

    Noviembre 2025
    Octubre 2025
    Septiembre 2025
    Agosto 2025
    Julio 2025
    Junio 2025
    Mayo 2025
    Abril 2025
    Marzo 2025
    Febrero 2025
    Enero 2025

    Categorías
    ​Reportajes

    All
    Academia
    Aditivos
    Adultos Mayores
    Agricultura
    Agricultura Regenerativa
    Agro 4.0
    Agrocultivos
    Agroindustria
    Agrorevolution 4.0
    Agtech
    Alimentación Saludable
    Alimentación Sostenible
    Alimentación Sostenible
    Alimentos Funcionales
    Antofagasta
    APPCC
    Biotecnología
    Blue Oak Corp
    Cadenas De Frío
    Calidad
    Cambio Climático
    Carnes
    Cereales
    Certificación
    Chile
    Chile Halal
    Chlle
    Ciencia
    Codex Alimentarius
    Conferencias
    Consorcio Lechero
    Consumidores
    Contaminación
    CRISPR
    Cultivos
    Cultura
    Cultura De Inocuidad
    Desarrollo
    Desarrollo Sostenible
    Desierto De Atacama
    Digitalización
    Economía Circular
    Edición Genómica
    Eficiencia Productiva
    Emprendedores
    Emprendimiento
    Empresas
    Envases
    Escuela De Alimentos PUCV
    Espacio Food And Service
    Estudio
    Estudios
    Eventos
    Evolución
    FAO
    Fedefruta
    Fedeleche
    Fibra
    Flexitarianismo
    Foodtech
    Fortificación De Alimentos
    Fraude Alimentario
    Fruittrade
    Granotec
    Halal
    Harina
    IDF WDS 2025
    I+D+i
    Inacap
    Indupan
    Industria
    Industria Cárnica
    Industria Panificadora
    Ingeniería Genética
    INIA
    Innovación
    Innovación
    Innovación
    Inocuidad
    INTA
    Internacional
    Investigación
    Investigación
    ISO
    Keto
    Kosher
    Lácteos
    LATAM
    Leche
    Legislación
    Maule
    Medio Ambiente
    Mejora Continua
    Mercado
    Mercado Lácteo
    Microbiota
    Mujeres
    Naturaleza
    Neocrop
    Normas Alimentarias
    Normas De Calidad
    Normativas
    Nutracéutica
    Nutrición
    Nutrición
    Nutrición Saludable
    Packaging
    Packaging Sostenible
    Pan
    Postbióticos
    Prebióticos
    Prevención De Riesgos
    Probióticos
    Producción
    Producción
    Producción Láctea
    Producción Sostenible
    Producción Sostenible
    Producción Sostenible
    Productos Gourmet
    Proteínas
    PUCV
    Regulación Internacional
    Reportajes
    Reuniones
    Salud Intestinal
    Sector Público
    Seguridad
    Seguridad Alimentaria
    Seminario
    Sistema Inmune
    Snacks Saludables
    Sostenibilidad
    Startups
    Suplementos
    Tecnología
    Tecnología
    Tendencias
    Tendencias De Consumo
    Tradiciones
    Transformación
    Trazabilidad
    Trigo
    Universidades
    Upcycling Food
    Veganismo

    RSS Feed

    View my profile on LinkedIn
Todos los derechos reservados © Revista Indualimentos 1997 - 2025
  • Home
  • NOTICIAS
  • REPORTAJES
  • PROTAGONISTAS
  • TecFood
  • EDICIONES DIGITALES
  • EMAILING
  • Contacto