Acción EsencialPara Reforzar la SaludEste proceso es uno de los más aceptados, probados y eficientes para abordar la deficiente ingesta de micronutrientes que se vive en el mundo, por la falta de información y las dificultades para acceder a una dieta saludable, rica en vitaminas y minerales. ![]() no de los requisitos básicos para cuidar nuestra calidad de vida, es mantener una dieta equilibrada y nutritiva. Esto implica ingerir a diario, alimentos que aporten la cantidad precisa de nutrientes y de energía que nuestro cuerpo necesita, para mantenerse integralmente sano. En otras palabras, y recurriendo a una analogía mecánica, el cuerpo es como un automóvil que necesita repuestos, cuidados y cantidades adecuadas de combustible, para desplazarse de manera sostenida y segura. Si bien la mayoría de los “repuestos” y del “combustible” que precisa nuestro cuerpo, provienen de los llamados “macronutrientes” (tales como carbohidratos, grasas y proteínas), las diversas funciones y procesos orgánicos que se realizan a diario, también requieren el aporte de otros componentes igualmente vitales para la salud y supervivencia, llamados “micronutrientes”. Según explica Macarena Ortiz, PhD en Nutrición y Dietética de la Universidad de Chile y Líder Regional de Nutrición y Salud de Granotec, los micronutrientes (también conocidos como vitaminas y minerales), “son un tipo especial de nutrientes esenciales que el cuerpo necesita en cantidades muy pequeñas, y solo pueden obtenerse a través de una alimentación equilibrada y saludable”. La importancia de estos micronutrientes, tal como indica la experta, radica en que son vitales para la síntesis de enzimas, hormonas y otras sustancias necesarias para el crecimiento, desarrollo y correcto funcionamiento del organismo. Por ello, “su impacto en la salud es crítico, ya que la deficiencia de cualquiera de estos puede generar enfermedades graves e incluso mortales; siendo los países de bajos y medios ingresos, los más propensos a enfrentar estas deficiencias”, asegura. Sin embargo, Macarena Ortiz también enfatiza que la mayoría de estas carencias en la ingesta de micronutrientes “pueden prevenirse mediante una adecuada educación nutricional, una dieta balanceada y, cuando se requiera, a través de la fortificación de alimentos y bebidas”. EL PELIGROSO DÉFICIT NUTRICIONALA pesar de que esta certeza es ampliamente conocida entre la comunidad médica y científica, el mundo aún enfrenta un complejo escenario de bajo aporte de micronutrientes, derivado principalmente de las altas tasas de déficit nutricional que hoy vive gran parte de la población. De hecho, un informe publicado en 2023 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), establece que más de 757 millones de personas (cifra equivalente a 9,4% de la población mundial), padecen hambre en todo el mundo. Dicho diagnóstico, según explica Macarena Ortiz, también está estrechamente relacionado con la deficiencia de micronutrientes, “pues estos se obtienen principalmente a través de una dieta balanceada”. Esto ha derivado en que las deficiencias de micronutrientes se encuentran actualmente entre las formas más comunes de malnutrición a nivel mundial, “déficit que está dado principalmente por una ingesta inadecuada de nutrientes esenciales como hierro, zinc, vitamina A y vitamina D, entre otros, y que se puede manifestar de diferentes formas, afectando la salud de la población”, agrega la experta de Granotec. Al respecto, Ortiz pone como ejemplo la anemia, que es resultado directo de la deficiencia de hierro y representa un grave problema de salud pública, por su impacto en niños, mujeres en edad fértil, embarazadas y nodrizas. “La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en el mundo, la anemia afecta a 20% de los niños de 6 a 59 meses de edad; a 37% de las embarazadas; y a 30% de las mujeres de 15 a 49 años. En Chile, no estamos libres de este problema, a pesar de que somos uno de los países de Latinoamérica con la prevalencia más baja en los diferentes grupos etarios”, explica Macarena. Otro micronutriente que también registra altos niveles de déficit es la vitamina D, que juega un rol fundamental en la mantención de la salud ósea, previniendo la aparición de raquitismo en niños; de osteomalacia en adultos; y disminuyendo el riesgo de fracturas. Macarena Ortiz comenta que, en relación con este riesgo, la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-17, indicó que 47,3% de las mujeres en edad fértil presentaba deficiencia de vitamina D; mientras que, en el caso de los adultos mayores, esta cifra ascendía a un 59,5%. A su vez, un estudio realizado en 2018 en Chile, que evaluó a más de 1.000 niños de entre 4 y 14 años de las zonas centro, sur y norte, concluyó que 80,4% de los menores presentaron algún grado de deficiencia de vitamina D. “Por lo tanto, se ha demostrado científicamente, que nuestra población más vulnerable, es decir, niños, mujeres en edad fértil y personas mayores, presentan déficit de esta vitamina, lo cual lo convierte en un problema de salud pública, debido a las repercusiones que puede tener en la salud de las personas”, enfatiza. ROL DE LA INDUSTRIAAnte este complejo escenario de deficiencia nutricional, no solo se requieren acciones gubernamentales. También es esencial que la propia industria dé pasos concretos y decisivos para implementar un profundo programa de mejora en la calidad de los alimentos. Tarea que, en opinión de Macarena Ortiz, puede enfrentarse de manera ágil, oportuna y eficiente mediante la fortificación. “La fortificación se define como la práctica de incrementar intencionalmente el contenido de un micronutriente esencial en un alimento, de manera que mejore su calidad nutricional, y en la actualidad es una de las formas más aceptadas, científicamente probadas y eficientes de abordar las deficiencias de micronutrientes a gran escala”, recalca. Al respecto, la Líder Regional de Nutrición y Salud de Granotec, precisa que hoy existen tres tipos específicos de fortificación: Masiva: Cuyo objetivo es fortificar alimentos ampliamente consumidos por la población general (como harina y sal). Específica: Dirigida a subgrupos específicos de la población, tales como, personas mayores o niños, fortificando alimentos diseñados especialmente para sus necesidades. Voluntaria o comercial: Que consiste en la adición opcional de micronutrientes a los productos, por parte de la propia industria alimentaria, para otorgarles valor nutricional adicional y diferenciarse en el mercado. Tal como indica Macarena Ortiz, el sector privado juega un papel fundamental, especialmente en la fortificación voluntaria, “ya que puede impulsar esta práctica a través de la promoción de productos fortificados, la transferencia tecnológica, y la investigación científica en colaboración con la academia; siendo crucial que las empresas comuniquen adecuadamente los beneficios de consumir alimentos fortificados, educando a los consumidores sobre su importancia”. Sin embargo, para que esta fortificación sea efectiva, también es esencial que los consumidores comprendan la relevancia del consumo adecuado de micronutrientes. “Esto requiere un esfuerzo conjunto en el fortalecimiento de la educación nutricional, creando conciencia colectiva, mediante la participación de los gobiernos, la academia, la industria y la sociedad en general”, agrega Ortiz. ESTRATEGIAS MÁS EFICIENTESAnte la necesidad de implementar acciones concretas, decididas y con efecto permanente en el largo plazo, los expertos de Granotec enfatizan que la fortificación de alimentos de consumo masivo, como harina de trigo, sal o arroz, ha demostrado ser una de las estrategias más efectivas para abordar las deficiencias de micronutrientes. Al respecto, Macarena Ortiz comenta que recientes estudios concluyeron que los alimentos fortificados con hierro pueden reducir en 34% la probabilidad de desarrollar anemia; la harina fortificada con ácido fólico puede reducir el riesgo de defectos del tubo neural en 41%; y la sal fortificada con yodo puede reducir en 74% el riesgo de bocio (crecimiento irregular de la glándula tiroides). “En este escenario, Chile cuenta con vasta trayectoria en fortificación de alimentos y bebidas, comenzando en los años 1950 con la fortificación obligatoria de la harina de trigo y, posteriormente con los Programas de Alimentación Complementaria. El Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC), está enfocado en la población materno-infantil, y el Programa de Alimentación Complementaria del Adulto Mayor (PACAM), va dirigido a las personas mayores. En ambos casos, se distribuyen gratuitamente a la población, alimentos complementarios fortificados con vitaminas y minerales”, explica Ortiz, puntualizando asimismo que, tanto en Chile, como en otros países, “la fortificación ha demostrado ser una estrategia exitosa y eficiente para combatir las deficiencias de micronutrientes, ayudando a mejorar la salud pública de los grupos más vulnerables”. DESARROLLO PRESENTE Y FUTUROEste éxito plantea, en opinión de los expertos, una adecuada base de trabajo para seguir avanzando en el desarrollo de nuevas estrategias y sistemas de fortificación alimentaria, que asegure mayor y mejor disponibilidad de micronutrientes. En tal sentido, Macarena Ortiz destaca el éxito obtenido por Granotec con la tecnología de encapsulación, “que se ha convertido en una herramienta esencial en la industria alimentaria, para mejorar la eficacia de los ingredientes activos”, asegura. La encapsulación es el proceso mediante el cual se incorpora un ingrediente (como vitaminas y/o minerales), dentro de una matriz protectora, permitiendo que el contenido se mantenga aislado, controlando así su liberación y absorción. “Esta matriz puede estar compuesta de diversos materiales, y su elección dependerá de las propiedades deseadas del producto final, incluyendo estabilidad, solubilidad, biodisponibilidad y liberación controlada, lo que resulta en una fortificación más eficiente y sin interacciones no deseadas con el alimento o bebida en que se incorpora”, indica Ortiz. En forma simultánea, Granotec también trabaja permanentemente con tecnologías destinadas a optimizar las premezclas de micronutrientes, para así brindar soluciones ajustadas a las necesidades nutricionales de la población. Uno de estos ejemplos es la incorporación de vitaminas y minerales microencapsulados en las formulaciones de la marca Granovit, “lo que garantiza mayor bioaccesibilidad de los nutrientes”, asegura la especialista. Los expertos de Granotec consideran que la fortificación de alimentos evolucionará cada vez más hacia una mayor personalización y sostenibilidad. En tal sentido, Macarena Ortiz considera que los avances e investigación en nutrición permitirán crear alimentos fortificados adaptados a las necesidades individuales o de grupos de riesgo específicos, basados en factores tales como, edad, género y condiciones de salud. “Además, la búsqueda de ingredientes más sostenibles y naturales se fortalecerá, lo que alineará la nutrición con las tendencias de sostenibilidad ambiental”, asegura. A nivel global, también confían en que se reforzarán las normativas y regulaciones sobre fortificación, a medida que se reconozca su rol trascendental en la lucha contra la malnutrición. “Para Granotec este es un desafío permanente, que nos impulsa a continuar desarrollando soluciones innovadoras que nos permitan mantenernos a la vanguardia en la industria alimentaria, garantizando productos seguros, efectivos y adaptados a las demandas del futuro”, precisa Ortiz. GALERÍA
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