¿Hacia Dónde Evolucionará,la Moderna Industria deAlimentos y Bebidas?Impulsada por el avance biotecnológico y las nuevas tendencias de consumo, la producción alimentaria avanza hacia metas cada vez más innovadoras y atractivas, tanto desde el punto de vista de la inocuidad y nutrición saludable, como de su compromiso con el medioambiente. ![]() n los últimos años, la industria alimentaria ha experimentado una auténtica “revolución cuántica”, tanto desde el punto de vista comercial como productivo, impulsada por diversos factores. Entre estos destacan los avances tecnológico-digitales, los ajustes económicos y, fundamentalmente, los cambios en las tendencias de consumo. Este última variable ha sido, quizás, la más relevante, pues en años recientes se ha reflejado en una transformación constante, así como en el surgimiento de un extenso ecosistema innovador, que busca dar respuestas oportunas, ágiles y eficientes a la creciente demanda por alimentos más saludables, naturales y sostenibles. En otras palabras, los fabricantes de alimentos y bebidas han tenido que derribar sus antiguos silos y olvidarse de paradigmas antes considerados inamovibles, como la producción en masa de productos sin segmentación, o la conquista de mercados monolíticos, ante la necesidad de responder a consumidores que hoy buscan indulgencia y placeres sensoriales, pero sin sacrificar su salud ni la del planeta. ALIMENTACIÓN REALMENTE SALUDABLEUno de los cambios más significativos y contundentes en materia de desarrollo de nuevos productos, es el incremento de la oferta de alimentos saludables. De hecho, los consumidores hoy están más informados y preocupados que nunca por su salud, lo que ha llevado a un cambio significativo hacia la alimentación consciente. Marcas y distribuidores han respondido a esta tendencia ofreciendo mayor variedad de productos que satisfacen estas nuevas demandas, como snacks saludables, “superalimentos” y suplementos nutricionales, entre otros. Un cambio que también ha permitido el crecimiento de la participación de mercado de los productos con propiedades funcionales que, además de su valor nutricional, ofrecen beneficios adicionales para la salud, como, por ejemplo, el fortalecimiento del sistema inmune o del tránsito intestinal. Al respecto, Jean Paul Veas, Director Ejecutivo del Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria, CeTA, estima que el sector alimentario “continuará evolucionando hacia productos más sostenibles e innovadores, con énfasis marcado en la funcionalidad y el aprovechamiento integral de materias primas bajo principios de economía circular”. “La reciente feria SIAL 2024 (realizada en Francia) destacó esta tendencia, con innovaciones centradas en bebidas sin alcohol y etiquetas limpias, alineadas con la demanda global de productos prácticos y responsables. Este enfoque responde a las necesidades de consumidores que valoran soluciones sostenibles frente a desafíos como el cambio climático y las interrupciones en la cadena de suministro”, explica Veas. Opinión similar manifiesta Catalina Garrido, cofundadora y Directora de Liva Company, quien enfatiza que las tendencias de los consumidores del siglo XXI, se traducen en una importante demanda de alimentos libres de sello, plant based y que se desarrollan bajo mayores criterios de sostenibilidad ambiental (idealmente libres de residuos), “mientras que al mismo tiempo existe un fuerte desarrollo de productos nuevos o mejorados, con propiedades funcionales y saludables”. “Creemos que esta evolución hacia productos, ingredientes y materias primas más saludables en el corto plazo será liderada por las Startups EBCT (empresas de base científico tecnológica), quienes tienen la posibilidad de moverse ágilmente con innovación y disrupción”, enfatiza Garrido. “Por otro lado, considerando a las Startups y emprendimientos que hoy ya tienen soluciones alimentarias saludables y funcionales que responden a las necesidades de los consumidores, proyectamos que deberían incrementarse los espacios para conectar e incentivar la colaboración y cooperación entre Startup y corporativos”, agrega. Desde el ámbito gremial, en tanto, Marisol Figueroa, Gerenta General de AB Chile, considera que el sector experimentará diversas tendencias y cambios importantes de la mano de la innovación, tecnología, inteligencia artificial y automatización en los procesos de producción y distribución, que en su opinión serán fundamentales para mejorar la eficiencia en la cadena alimentaria. “Además, veremos alimentos cada vez más personalizados para responder a necesidades de grupos cada vez más específicos”, añade. La ejecutiva también recalca que se debe esperar un aumento en el uso de materias primas orgánicas, “mientras que los ingredientes deberán ser cada día más funcionales y con beneficios más claros para la salud de las personas”. A su vez, Ignacia Uribe, fundadora y CEO de Fundación VEG, considera muy probable que cada vez haya más y mejores productos plant-based en el mercado. “Además, se espera que en los próximos años tecnologías como la fermentación de precisión, nos permitan tener productos que tradicionalmente son de origen animal, como leche, helados y quesos, de forma animal free, aunque idénticos a los tradicionales. Estos productos ya existen en algunos países, y probablemente bajarán su costo y llegarán a nuevos mercados como el nuestro, en el mediano plazo”, indica. DISRUPCIÓN SOSTENIDAOtro elemento clave en la evolución de la industria alimentaria es el creciente aporte de la tecnología para el desarrollo de alimentos alternativos altamente disruptivos, como, por ejemplo, la carne cultivada, las proteínas de insectos, la impresión 3D y otros “saltos cuánticos” que buscan ofrecer soluciones innovadoras a la creciente demanda de proteínas y nutrientes saludables, sin generar los impactos ambientales asociados a la agricultura y ganadería tradicional. Avances que han permitido el crecimiento de un activo ecosistema emprendedor de avanzada base biotecnológica, y que está llamado a protagonizar esta revolución alimentaria. Al respecto, Jean Paul Veas enfatiza que SIAL 2024 presentó conceptos clave como “Sentimiento” y “Cariño”, que reflejan un mercado donde los consumidores buscan productos que entreguen un bienestar personalizado y combinen tradición, salud y sostenibilidad. En tal sentido “innovaciones como alimentos funcionales y bebidas adaptadas al clima refuerzan la importancia de anticiparse a las demandas de un consumidor cada vez más consciente”, explica Veas. A su vez, Catalina Garrido estima que si bien se consolidarán las tendencias actuales de consumo con foco en salud y funcionalidad, también aparecerán nuevas propuestas, tendencias y conceptos de cómo alimentarse, que incluso podrían modificar el formato de los alimentos. “Por ejemplo -asegura-, llegará el día en que nos alimentemos de una cápsula diaria y con eso podamos suplir los nutrientes diarios; otro ejemplo que se nos ocurre es que se reduzcan las porciones que comemos, pero se incremente lo que absorbemos, ya que en promedio absorbemos el 40% de lo que comemos. Incluso cuando pensemos en vivir en el espacio, debemos considerar nutrientes y microorganismos que tendremos que suplir de forma constante para asegurar nuestra existencia, entonces en el camino surgirán propuestas disruptivas de cómo hacerlo posible”. Desde AB Chile también ponen énfasis en que la evolución disruptiva tomará un ritmo cada vez más intenso, permitiendo la aparición de nuevas tendencias de consumo relacionadas con inteligencia artificial y realidad aumentada, entre otras posibilidades, “que harán que los consumidores puedan interactuar de una nueva manera con los alimentos, desde el proceso de compra hasta la preparación”, precisa Marisol Figueroa. “Podríamos ver también la aparición de nuevos alimentos, más avanzados, con propiedades más allá de la nutrición básica, que ayuden con otras afecciones modernas como la regulación del sueño y el fortalecimiento inmunológico, además de la utilización de nuevas fuentes nutritivas provenientes, por ejemplo, de algas, hongos o insectos”, agrega la gerenta general de AB Chile. Por su parte, Ignacia Uribe cree que las tendencias de consumo que se han expandido en los últimos años, como, por ejemplo, el veganismo, el flexitarianismo y otras corrientes, seguirán ampliándose, tanto por motivos ambientales como éticos, tal como lo mostró la encuesta realizada por Fundación VEG e IPSOS, en 2023, donde 46% de los participantes declaró estar buscando dejar de consumir productos de origen animal, principalmente por salud. “Por otro lado, es probable que surjan nuevas tendencias de consumo a la luz de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, personas que no sean veganas, pero solo consuman carne si es que es cultivada, o lácteos producidos a través de fermentación de precisión”, agrega Uribe. MAYOR SOSTENIBILIDADEn el actual devenir de la industria alimentaria, el cuidado del medio ambiente ha pasado de ser una opción a convertirse en prioridad ineludible. De hecho, en años recientes, se ha producido un aumento considerable de prácticas sostenibles, como, por ejemplo, la agricultura regenerativa, la reutilización de desperdicios y subproductos, y la implementación de procesos orientados a optimizar el consumo de recursos naturales y a eliminar la huella de carbono. Al mismo tiempo, los consumidores muestran cada vez más interés en conocer el origen de los productos que compran, lo que ha llevado a un aumento, por ejemplo, de la demanda de alimentos locales, de temporada y producidos de manera ética (sin generar daño a los ecosistemas). Esta creciente exigencia por una mayor responsabilidad social y ambiental se ha convertido en factor clave para las marcas que desean ganar la lealtad de sus consumidores actuales. De hecho, diversos analistas coinciden en que las empresas que no se sumen a este camino, podrían perder participación de mercado e, incluso, desaparecer por completo. Al respecto, Jean Paul Veas estima que, a largo plazo, los fabricantes de alimentos y bebidas priorizarán la sostenibilidad, optimizando el uso de los recursos naturales y reduciendo el desperdicio. “La industria deberá optimizar el uso de recursos como tierra y agua. Además, el cambio climático generará oportunidades para innovar con ingredientes resilientes y técnicas de producción más limpias, respondiendo a la creciente demanda por etiquetas limpias y funcionalidad. La sostenibilidad no sólo será una tendencia, sino una necesidad estructural”, explica. En tal sentido, Veas considera que la actual atención de la industria por desarrollar etiquetas limpias y alimentos funcionales, da cuenta de su compromiso con un futuro más saludable y sostenible, “considerando cada día más a consumidores que relacionan el bienestar del planeta con sus decisiones de consumo alimentario”, enfatiza. Punto de vista que comparte Catalina Garrido, quien está segura de que las grandes empresas tradicionales y quienes hoy día lideran la industria alimentaria “se tendrán que involucrar en la implementación de innovaciones y tecnologías que permitan la optimización de la producción de alimentos, la revalorización de subproductos alimentarios, y cuidar y preservar el medio ambiente, con alternativas más holísticas y que se integran, regulan y restablecen el equilibrio de la naturaleza”. Marisol Figueroa, en tanto, cree que cada día se harán más esfuerzos por utilizar materias primas más sustentables, respondiendo a la creciente preocupación medioambiental. “En ese sentido, es de esperar que se priorice lo local en la elaboración de alimentos, así como también aumentará la preocupación por un enfoque en la reducción de desperdicios y la economía circular”, enfatiza. La Gerenta General de AB Chile también está segura de que cada vez se harán esfuerzos más importantes por tener una industria más sostenible, pues “hoy existe mucha más conciencia de lo que se come y más información, por lo que como industria estamos trabajando desde ya en el desarrollo de nuestros alimentos, aditivos y materias primeras, acorde con las exigencias de los consumidores y al avance tecnológico”. Por su parte, Ignacia Uribe recuerda la urgencia de avanzar hacia un nuevo modelo alimentario, tanto a nivel nacional como global, que nos permita abordar de manera efectiva y decidida la actual crisis climática. “En ese sentido -asegura-, los alimentos, aditivos y materias primas que sean más nutritivos, saludables y sostenibles no solo tendrán una ventaja competitiva; sino que además serán los únicos viables a largo plazo. Un escenario donde la agricultura animal, tal como la conocemos, se volverá insostenible”. CHILE, HUB BIOTECNOLOGICOEn este escenario de evolución disruptiva nuestro país juega un papel fundamental, gracias al aporte de un ecosistema emprendedor cada vez más maduro, desde el punto de vista de la Investigación, Desarrollo e Innovación Biotecnológica. Al respecto, Jean Paul Veas asegura que Chile no solo tiene el potencial de consolidarse como un hub biotecnológico en alimentos, “sino también para ser gran un referente para toda América Latina”. Veas destaca que hoy, los países vecinos visitan nuestros centros tecnológicos, para aprender de las alianzas público-privadas al servicio de empresas y emprendedores. Además, estos centros (como el recientemente inaugurado por CeTA en Coronel, región de Biobío), fueron creados siguiendo las mejores prácticas de Europa y USA, y gracias a su capacidad e infraestructura, “Chile muestra su liderazgo en esta materia, demostrando el fuerte desarrollo de su cultura emprendedora, que se une a la fortaleza del e-commerce y a la diversidad de recursos naturales y talentos, para desarrollar nuevos alimentos funcionales, sostenibles y personalizados, que posicionarán al país en la vanguardia de soluciones alimentarias adaptadas tanto a mercados locales como internacionales”. Catalina Garrido, en tanto, puntualiza que el liderazgo de Chile en esta materia no solo se debe a la existencia de talento científico y tecnológico capaz de crear soluciones disruptivas a nivel mundial, sino también “porque hay varias políticas públicas y de financiamiento que incentivan el emprendimiento, la innovación y el desarrollo tecnológico, atrayendo al mismo tiempo a inversionistas”. “Además -detalla-, existe una comunidad de emprendedores, empresarios y startups que se están organizando en diferentes núcleos organizacionales para contribuir en mejoras legislativas, regulatorias, de divulgación científica, conectividad entre academia, emprendimiento e industria, con el objetivo de incentivar la inversión en infraestructura y la capacidad nacional para el desarrollo de estas nuevas tecnologías alimentarias”. Punto de vista con el que concuerda Marisol Figueroa, quien asegura que seguiremos siendo un hub de innovación porque “tenemos recursos naturales, como frutas de primera calidad, y semillas y plantas únicas en el mundo, y que son excelentes para la creación de nuevos productos alimentarios únicos a nivel global”. “Además -agrega- se está invirtiendo en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, a través instituciones gubernamentales, con programas de investigación y fomento a las startups y centros de creatividad y colaboración. Así, en nuestro país existe cada día más conciencia alimentaria y, por ende, demanda por alimentos más saludables, sostenibles y producidos éticamente”. Una visión más crítica plantea Ignacia Uribe, pues considera que aunque Chile tiene muchas características que le han permitido posicionarse como hub biotecnológico en Latinoamérica, aún es necesario avanzar más en otros frentes, como por ejemplo, inversión público-privada y regulación. “Actualmente -asegura- hay otros países que ya han permitido la comercialización de nuevos alimentos, como por ejemplo carne y pollo cultivados, mientras que nosotros no solo estamos atrasados en esa materia, sino que nuestros congresistas están actualmente concentrados en ponerle trabas a la industria foodtech para impedir su desarrollo”. GALERÍA
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