INDUALIMENTOS
  • Home
  • NOTICIAS
  • REPORTAJES
  • ENTREVISTAS
  • TecFood
  • EDICIONES DIGITALES
  • EMAILING
  • Contacto
Foto
Foto

Sorpresiva amenaza tecnológica

4/17/2025

0 Comentarios

 
Los nuevos caminos
Del fraude alimentario
Los nuevos caminos del fraude alimentario
El auge biotecnológico y el desarrollo de avanzados insumos y materias primas sucedáneas, que “imitan” las propiedades organolépticas de otros alimentos, abre la inquietante posibilidad de inventar nuevas formas para defraudar a consumidores, empresas y estados, generando, simultáneamente, alto riesgo para la salud pública.
Letra E
l constante y cada vez más profundo aporte de la ciencia y biotecnología, ha permitido que la industria de alimentos experimente un auténtico salto cuántico evolutivo, expresado en el desarrollo de nuevos ingredientes y materias primas de última generación.

Esto ha permitido, por ejemplo, la aparición de una amplia gama de alimentos y bebidas de base vegetal (plant based) que, literalmente, “imitan” las propiedades organolépticas de los alimentos cárnicos o lácteos (según corresponda), permitiendo, de este modo, ampliar de manera significativa el mercado objetivo de los llamados “productos alternativos”.

Estos avances han sido posibles, en su mayoría, gracias al uso de tecnologías disruptivas como, por ejemplo, la Inteligencia Artificial o IA utilizada por NotCo y otras empresas alimentarias de base científica y tecnológica, para elaborar su carta de productos alternativos. Estos algoritmos de última generación están preparados para determinar las cantidades exactas de ingredientes y materias primas (incluyendo hormonas, saborizantes y colorantes, entre otros), que se requieren para que los alimentos y bebidas de base vegetal, tengan el mismo sabor, aroma y color de las carnes rojas, blancas y lácteos.

Sin embargo, este mismo avance disruptivo, que tantos beneficios ha brindado a la nueva generación de emprendedores alimentarios biotecnológicos, también tiene su lado oscuro, pues al mismo tiempo genera (al menos teóricamente) la opción viable de “replicar” sabores, aromas y texturas, sin informarlo al mercado o a las autoridades regulatorias, con el claro objetivo de engañar a consumidores y estafar a otras empresas.

En otras palabras, la misma tecnología que brinda nuevas oportunidades de negocio, legítimas y honestas, a emprendedores e industrias tradicionales, también abre oportunidades para que individuos y organizaciones inescrupulosas cometan “fraude alimentario”.

RIESGOS DEL SIGLO XXI

Si bien la IA puede ayudar a las empresas a mejorar a optimizar la producción y mejorar la detección de amenazas como, por ejemplo, el riesgo de Enfermedades de Transmisión Alimentaria y de alteraciones en la composición de los alimentos; también podría ser aprovechada por estafadores para adulterar de manera maliciosa la composición de alimentos y bebidas. Esto, a su vez, podría traducirse en situaciones muy complejas, como adquirir productos de baja calidad nutricional e, incluso, que transmitan peligro de infecciones.

Biotecnología y Fraude Alimentario
El crecimiento del mercado de alimentos sucedáneos de base vegetal, ha generado un avance biotecnológico que, eventualmente, podría usarse para cometer fraude. Foto: FreePik.
Al respecto, Diego Varela, Secretario Ejecutivo de la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria, ACHIPIA, comenta que la rápida masificación de la tecnología permite que delincuentes y empresas malintencionadas tengan cada vez más acceso a herramientas que no solo les permiten producir alimentos de manera fraudulenta, sino “también imitar paquetes y envases que son distribuidos rápidamente en canales informales de venta de alimentos”.  

Sin embargo, Varela también puntualiza que esa misma tecnología es también una aliada, “pues posibilita la detección de alimentos fraudulentos en forma más rápida y barata que antes, aunque aún sigue siendo caro hacer análisis de laboratorios en grandes cantidades”.

“Por ello -indica-, es necesario focalizar la fiscalización, hacer más eficiente la colaboración público-privada y educar a la población y alentarla a usar los canales regulares para hacer denuncias”.

Opinión similar manifiesta la Dra. María Angélica Larraín Barth, profesora asociada del departamento de Ciencia de los Alimentos y Tecnología Química, de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, quien ha participado durante los últimos años en el proyecto “Helios” de esta casa de estudios.

Durante su participación en el XXIII Congreso Internacional ALACCTA 2025, realizado en la Escuela de Alimentos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la Dra. Larraín comentó que, frente a los nuevos desafíos que plantea la evolución del fraude alimentario, se necesita realizar un trabajo constante de actualización y modernización de las herramientas e instrumentos que se aplican para combatirlo, “pues las organizaciones que hoy se dedican a esto, son a su vez, cada vez más sofisticadas”.

“Por ello, desde el proyecto Helios hemos realizado un trabajo intenso para identificar todas las formas que hoy adopta el fraude alimentario, para así avanzar en el desarrollo de estrategias modernas y eficientes, que nos permitan detectarlo y prevenirlo a tiempo”, agrega la académica.

Desde el ámbito empresarial, en tanto, Andrés Eyzaguirre Larraín, Director de Asuntos Corporativos de Nestlé Chile, enfatiza que en los últimos años se ha podido observar un aumento de los casos de fraudes, los que han evolucionado en su masificación, sofisticación y alcance. 

“En esa línea -indica el ejecutivo-, la falsificación de alimentos es uno de los más comunes, convirtiéndose en una amenaza para la salud de las personas y que puede tener consecuencias amenazantes para la población. Este tipo de delitos ya no solo ocurre en mercados informales, sino que puede permear a otros canales de distribución, constituyendo una amenaza significativa para la seguridad e inocuidad de los alimentos”. 

Eyzaguirre también puntualiza que esta situación no solo debilita la competencia leal en el mercado, sino que también “puede propiciar un entorno propenso para actividades delictivas como robo, lavado de activos y explotación laboral”.

PELIGRO PARA LA SEGURIDAD E INOCUIDAD

Precisamente estas variables de alto riesgo que citan los especialistas, son las que encienden las alertas en el mercado, pues así como las nuevas generaciones de emprendedores apuestan por el uso de tecnologías como la IA generativa, para experimentar con nuevos sabores, las organizaciones criminales también podrían intentar utilizar el poder “creativo” de App de vanguardia como Chat GPT o similares, para “copiar” sabores, aromas y otras propiedades organolépticas.
Etiquetado limpio y transparente
Es vital que la legislación evolucione y las entidades fiscalizadoras modernicen sus procedimientos, para equiparar el actual desarrollo tecnológico. Foto: FreePik.
Respecto de dicho punto, Diego Varela recuerda que desde hace ya varios años se generan ingredientes, materias primas, sabores y aromas por medios tecnológicos, pues esto permite asegurar tanto el volumen, como la calidad e inocuidad de los alimentos que se producen. Por lo tanto, “la tecnología es en primera lugar una aliada y una herramienta que, bien usada, trae beneficios, y sin la cual no sería posible alimentar a la población”, enfatiza.

“El problema se genera -precisa-, cuando la tecnología se usa de manera fraudulenta, para producir ingredientes y aditivos que imitan a otros, sin ser esto declarado. Ahí podemos hablar de falsificación, es decir, de hacer una imitación de un producto alimenticio con la intención de engañar, defraudar, o sustituir un ingrediente por otro de menor valor, sin declararlo”.

Este tipo de acciones, no solo generan grave perjuicio económico, tanto para las empresas, como para los consumidores y los estados, sino que también constituyen un fuerte riesgo para la seguridad e inocuidad alimentarias, pues, tal como explica Diego Varela, “un alimento fraudulento incumple parte o todos los protocolos diseñados por la autoridad sanitaria para cuidar la salud pública, evadiendo leyes y normas para obtener dividendos, sin importar si en el camino hay un daño severo a la salud de los consumidores”.  
“Además, un alimento fraudulento es una seria amenaza para un activo intangible, pero central, en el funcionamiento de los sistemas alimentarios, que es la confianza entre todos sus actores, incluyendo productores, comercializadores y consumidores”, añade Varela.  

Punto de vista que comparte Andrés Eyzaguirre, quien recalca que “la falsificación de alimentos representa una amenaza directa para la inocuidad y seguridad alimentaria”. 

“Este peligro -señala-, tiene relación con el desconocimiento sobre el origen, contenido y condiciones que tuvieron los productos en el proceso de fabricación y manipulación, exponiendo a quienes lo consumen a distintos riesgos, entre los que destacan la contaminación física, química, microbiológica o alergénica”.

¿CÓMO ENFRENTAR LA AMENAZA?

Si bien aún no se han detectado casos concretos de fraude alimentario cometido mediante el uso de IA, la amenaza está latente en la medida que esta tecnología se perfecciona día a día, haciendo cada vez más difícil detectar lo que es “real” de lo “replicado”. Y aunque replicar las propiedades organolépticas de un alimento o bebida, para intentar engañar a los consumidores, es bastante más complejo que falsificar videos imitando rostros, voces o movimientos corporales, ya existen claims publicitarios que nos invitan a degustar sucedáneos plant based que “saben casi exactamente igual” a los productos de origen animal o lácteo.

Una realidad que va más allá de los mensajes publicitarios y que, gracias al vertiginoso avance biotecnológico moderno, tarde o temprano podría derivar en la comercialización de alimentos o bebidas fraudulentos prácticamente indistinguibles, con el peligro agregado de utilizar ingredientes de baja calidad o escaso valor nutritivo.

Frente a este escenario potencial, aún lejano, pero no imposible, Diego Varela comenta que “es importante tener marcos legales y regulatorios actualizados, que permitan estar a la altura y se muevan a la velocidad en la que lo hacen quienes se dedican al fraude alimentario, y para esto es necesario, ciertamente, un trabajo activo de actualización regulatoria y sensibilización política en el poder legislativo. Pero no es suficiente, si no se trabaja en conjunto con el sector privado y académico”. 
 
En tal sentido, Varela hace un llamado a reguladores y fiscalizadores, para que estén más al tanto de lo que pasa y sean capaces de adecuar la regulación y las herramientas tecnológicas. “La legislación debe avanzar y tipificar el fraude alimentario como un delito, caracterizarlo y asociarlo a penas adecuadas, que podrían ser muy altas, ya que se pone en riesgo la salud y la vida de las personas. Estamos sin duda al debe en esto en Chile, pero afortunadamente de a poco el tema se ha estado posicionando”, añade.

Por su parte, Andrés Eyzaguirre recalca que, más allá de la tecnología utilizada, “la falsificación de alimentos debe combatirse en su más amplio sentido”. Del mismo modo, para el ejecutivo es esencial proteger a las marcas que se desempeñan lealmente en el mercado, ciñéndose a las normas establecidas y, al mismo tiempo, reforzar los mecanismos de denuncia, trabajando en forma coordinada con las policías, autoridades sanitarias, legales y de protección al consumidor.

Para ello, “es importante contar con una estrategia sólida de prevención del delito mediante la creación de un marco operativo robusto, donde las autoridades desempeñen un rol central, especialmente mediante el fortalecimiento de las fiscalizaciones”, puntualiza. 

“Asimismo, resulta indispensable promover una colaboración estrecha con los organismos competentes, orientada a intercambiar información sobre productos falsificados y al desarrollo de investigaciones conjuntas que permitan enfrentar eficazmente esta problemática, que impacta seriamente la seguridad e inocuidad alimentaria”, agrega Eyzaguirre.

Una estrategia que también defiende Diego Varela, para quien es esencial el trabajo conjunto intersectorial. “Este es un problema complejo que no se resuelve trabajando de manera separada, sino mediante la sinergia entre industria y sector público. De otra manera, no hay forma de que esto se pueda abordar”, explica. 

“Para ello es necesario continuar sensibilizando, actualizando tecnología y denunciando a la autoridad cuando se detectan alimentos fraudulentos en el mercado, porque la denuncia es clave para crear estadística que soporte la hipótesis respecto de si estamos, o no, frente a un crecimiento de este tipo de ilícito”, indica el Secretario Ejecutivo de ACHIPIA.

ACCIONES CONCRETAS

El trabajo, en tal sentido, ha sido intenso en los últimos años. En ACHIPIA, por ejemplo, ya se han realizado experiencias como el proyecto “Creación de Capacidades para la Aplicación de Ciencia y Tecnologías Nucleares en Sectores Alimentarios”, implementado en conjunto con la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), financiado por el Organismo Internacional de Energía Atómica OIEA, y mediante el cual se logró un diagnóstico de las capacidades analíticas para determinación de Origen y Verificación de Autenticidad en Alimentos.

Esto permitió identificar en Chile 51 laboratorios con capacidad para trabajar algún aspecto relacionado con el origen y autenticidad de los alimentos. Simultáneamente se han realizado seminarios de alto nivel técnico con expertos internacionales; se implementaron dos cursos en línea y se confeccionó una hoja de ruta para abordar el tema a nivel nacional, cumpliendo con los requisitos de los países de destino de los alimentos de exportación que fuesen sensibles al fraude.   

“Con esta hoja de ruta -explica Diego Varela-, formamos recientemente una mesa de trabajo con el ministerio de Salud, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA), SERNAC, ISP y Aduanas, donde se trabajará un Protocolo de comunicaciones entre distintos servicios con competencia para denuncias de fraude alimentario, que permita acciones de fiscalización conjuntas, y además se elaborará una campaña comunicacional de sensibilización a la población”. 

Desde el ámbito privado, en tanto, Andrés Eyzaguirre destaca que Nestlé cuenta con un equipo especializado en protección de marcas y detección de productos falsificados, que cuenta con el apoyo de abogados y expertos en propiedad intelectual. “En Chile -enfatiza-, hemos actuado con rapidez denunciando ante el SERNAC, la Seremi de Salud y las policías los casos identificados, y hemos informado activamente a nuestros consumidores a través de canales oficiales. Además, a nivel global, trabajamos con estándares estrictos de calidad y trazabilidad que buscan garantizar la autenticidad de nuestros productos, y colaboramos con autoridades regulatorias para establecer marcos normativos robustos frente al fraude alimentario”.

Esfuerzos multisectoriales, que se suman a valiosas iniciativas académicas, como el Proyecto Hélice de la Universidad de Chile, y que son necesarias para desarrollar estrategias eficientes, flexibles y capaces de adaptarse tanto a la evolución de la propia industria, como de las técnicas desarrolladas para defraudar a personas e instituciones.

GALERÍA

Andrés Eyzaguirre, de Nestlé Chile
Diego Varela de ACHIPIA
Fraude alimentario mediante IA.
Tecnología para detectar fraude alimentario
Criminales falsifican ingredientes alimentarios con tecnología.
Consumidor lee etiqueta de alimentos
Francisco Javier González Salvo

Autor

Francisco Javier González Salvo
Periodista y Editor Revista Indualimentos

OTROS REPORTAJES

Normativa chilena e innovación alimentaria

LEYES E INNOVACIÓN

Emprendedoras Alimentarias

EMPRENDEDORAS

Algas y Microalgas

ALGAS Y MICROALGAS

Más Reportajes
0 Comentarios



Deja una respuesta.

    Archivos

    Mayo 2025
    Abril 2025
    Marzo 2025
    Febrero 2025
    Enero 2025

    Categorías
    ​Reportajes

    Todo
    Aditivos
    Alimentación Saludable
    Biotecnología
    Calidad
    Ciencia
    Emprendimiento
    Evolución
    Flexitarianismo
    Fraude Alimentario
    I+D+i
    Industria
    Innovación
    Innovación
    Inocuidad
    Legislación
    Medio Ambiente
    Mercado
    Mujeres
    Packaging
    Reportajes
    Seguridad
    Sostenibilidad
    Tecnología
    Tendencias
    Veganismo

    Canal RSS

    View my profile on LinkedIn
Todos los derechos reservados © Revista Indualimentos 1997 - 2025
  • Home
  • NOTICIAS
  • REPORTAJES
  • ENTREVISTAS
  • TecFood
  • EDICIONES DIGITALES
  • EMAILING
  • Contacto